En la segunda mitad del siglo XIX, el sistema económico se afianza gracias al éxito de la Revolución Industrial. Como resultado, el capitalismo asienta sus bases y el proceso industrial da un nuevo salto cualitativo. Se trata de un proceso de amplio alcance que influye sobre la sociedad de forma decisiva. Las nuevas y mejoradas técnicas de producción, las nuevas industrias y la industrialización de nuevos países pintarán un nuevo escenario sobre el que actuará la sociedad del nuevo siglo. Como respuesta a dichos procesos los trabajadores tomarán conciencia de clase y unirán sus fuerzas en la búsqueda de mejorar sus condiciones de trabajo y de vida. Este Movimiento Obrero partirá de posiciones elementales como la lucha contra la máquina hacia otras más estructuradas y organizadas, como el cartismo y el sindicalismo, para acabar desarrollando movimientos con una importante base intelectual y doctrinal.
Enlaces relacionados:
- La Revolución Industrial.
- Consecuencias de la Revolución Industrial.
- La Segunda Revolución Industrial y el desarrollo capitalista.
- El Movimiento Obrero: ciclos económicos, nuevos métodos de trabajo, anarquismo y socialismo utópico.
Esta
polémica se solventará en el Congreso de La Haya de
1872, en el que los bakuninistas son expulsados de la Internacional.
- La Revolución Industrial.
- Consecuencias de la Revolución Industrial.
- La Segunda Revolución Industrial y el desarrollo capitalista.
- El Movimiento Obrero: ciclos económicos, nuevos métodos de trabajo, anarquismo y socialismo utópico.
EL SOCIALISMO CIENTÍFICO O MARXISMO
La
doctrina socialista adquiere su máxima altura en Karl Marx. Éste publica en
1848, junto con Engels, el «Manifiesto Comunista» partiendo de la afirmación de
que los problemas sociales se deben a la lucha de clases; entre una clase
explotadora, la burguesía, y otra explotada, el proletariado. El Manifiesto concluye
lanzando un llamamiento a los proletarios para que se unan y rompan sus
cadenas.
Pero
su obra fundamental es «El Capital». Marx aplica al capitalismo un método de
análisis dialéctico, que apoya sus formulaciones en el principio de
contradicción: cada cosa lleva en sí misma su propia contradicción, su ruina. La
dialéctica es el estudio del encadenamiento de las contradicciones que engendra
la historia. El marxismo viene a ser la descripción dialéctica del capitalismo,
de las contradicciones que provocarán fatalmente su ruina.
Su
concepción de la historia se basa en una serie de ideas claves:
- Materialismo histórico: su filosofía se
denomina materialismo dialéctico: materialismo porque sostiene que la materia
es anterior al espíritu, y dialéctico, porque todo está en evolución, en continuo
cambio. Dentro de cada elemento nuevo que aparece (tesis) existe una
contradicción, su opuesto (antítesis); ambos están en perpetua lucha y hacen
nacer un elemento nuevo (síntesis), que supera a los anteriores. Aplicada esta
teoría a la historia, recibe el nombre de materialismo histórico.
Marx, al hacer el estudio de la historia, parte
de que en toda sociedad existe una infraestructura material, que es
la economía. Sobre ella, se apoya la sociedad y lo que ésta piensa y cree (mentalidad, derecho, religión,
ciencia...), a lo que llama superestructura. Un cambio en la infraestructura (economía)
provoca la aparición de otra
superestructura que, a su vez actúa sobre la economía, y así sucesivamente.
-
Lucha
de clases: en la historia los hombres no actúan aislados, sino en grupos
sociales. Al estar organizada la sociedad en relaciones de producción, la
función del individuo viene definida por la división del trabajo: los que se
encuentran en las mismas condiciones forman una clase. Las clases son, por tanto,
grupos, sociales que ocupan un lugar determinado en el proceso material de la
producción.
La hostilidad de las clases es un fenómeno
histórico. Existió en el principio de la historia una comunidad primitiva, sin
clases, pero con la propiedad privada la sociedad se dividió en dos clases, los
propietarios y los desposeídos, surgiendo el antagonismo entre ellos.
Según Marx, este antagonismo persiste en su
época entre los burgueses, propietarios de fábricas y máquinas (medios de
producción), y el proletariado. Sólo mediante la lucha contra la burguesía, el
proletariado podrá salir de su situación e implantar una sociedad más justa.
- Dictadura del proletariado: es uno de los
principios más discutidos del marxismo. Partiendo de la idea
de que el Estado de la época se apoyaba en una dictadura de la burguesía, Marx
anuncia que la conquista del poder por los obreros, instaurará la dictadura del
proletariado, pero por un tiempo limitado, el necesario para organizar la
sociedad de otra forma.
-
Sociedad
sin clases: la última fase en la transformación de la sociedad se definiría
por la supresión de clases. La relación con los medios de producción, una vez
colectivizados, sería la misma para todos los individuos. Sería así una
sociedad en la que no habrá clase dominante, ni burguesía ni proletariado, sino
una sociedad sin clases en la que todos los individuos tengan las mismas
oportunidades. En ella no habrá propietarios porque la propiedad será
colectiva.
La aventura del pensamiento: Karl Marx, por Fernando Savater,
subido por Audiolibros y Podcast a http://www.youtube.com
Desde
el punto de vista económico, destacan en Marx su teoría del valor-trabajo y su teoría
de la plusvalía. Para Marx, un objeto tiene el valor del
trabajo que haya costado producirlo, más el coste de su materia prima. La forma
de medir el valor de un objeto es evaluar la cantidad de tiempo del trabajo
necesario para fabricarlo.
En
cuanto a la plusvalía, él dice que el obrero recibe un salario que es lo que
cuesta producir aquello que necesita para vivir. Pero realmente, el obrero
trabaja una serie de horas de más, por las que no recibe salario alguno. Esta cantidad
de trabajo no pagado al obrero, que queda en beneficio del patrono y con el que
se enriquece, es la plusvalía.
¿Cuál
es la descripción que hace Marx del desarrollo histórico?
Las
condiciones materiales dan origen a unas clases económicas. Las condiciones
agrarias producen una clase terrateniente o feudal, pero con los cambios en las
rutas comerciales, en el dinero y en las técnicas productivas, surge una nueva
clase comercial, la burguesía. Cada clase, feudal o burguesa, desarrolla una
ideología que conviene a sus necesidades. Las religiones, gobiernos, leyes y
costumbres predominantes reflejan las ideas de esas clases. Las dos clases
chocan inevitablemente: contra los intereses feudales estallaron las grandes revoluciones. Mientras
tanto, a medida que la clase burguesa se desarrolla, origina otra clase, que
es el proletariado. El burgués se define como el propietario privado del
capital, y el proletario, como el obrero asalariado que no posee más que sus
manos. En situaciones competitivas, los burgueses tienden a devorarse y a
absorberse los unos a los otros.
Pirámide del Sistema Capitalista, encargado por "Industrial Workers of the World" (1911) Leyenda: Dinero: Capitalismo. Políticos y monarcas: Os gobernamos. Iglesia: Os atontamos. Ejército: Os disparamos. Burguesía: Comemos por vosotros. Proletariado: Trabajamos por todos - Alimentamos a todos. Fuente: Wikimedia Commons |
Al
final, el proletariado se impondrá a los burgueses aboliendo la antigua propiedad
privada de los medios de producción. Así se llevará a cabo la revolución social. El
resultado será una sociedad sin clases, porque las clases surgen de las
diferencias sociales, a las que se ha puesto fin. El estado y la religión, al
ser excrecencias de los intereses burgueses, desaparecerán también durante un
tiempo. Hasta que todos los vestigios de los intereses burgueses hayan sido
extirpados, o hasta que haya sido superado el peligro de una contrarrevolución
que pretenda destruir al socialismo, habrá una “dictadura del proletariado”. Después,
el estado se extinguirá porque ya no habrá una clase explotadora que lo
requiera.
Líneas básicas del pensamiento marxista |
Pero
mientras llega ese momento, se impone la lucha. Burgueses y proletarios se
hayan entregados a una lucha universal. Los obreros no pueden volverse blandos
ni conciliadores, sino que deben mantenerse en una actitud beligerante y revolucionaria.
Nunca deben olvidar que el patrono es su enemigo, y que el gobierno, la ley, la
moralidad y la religión no son más que armas que utiliza la burguesía en esa
lucha. Como todas las fuerzas de lucha, los obreros necesitan una solidaridad
disciplinada. Es peligroso para los sindicatos obtener simplemente mejores
salarios o jornadas de trabajo mediante la negociación con los patronos, pues
por esas pequeñas ganancias pueden olvidarse de la guerra. Es también
peligroso, e incluso traidor, que los obreros confíen en la maquinaria
democrática o en la legislación social, porque el estado, que es un aparato de
represión, nunca puede convertirse en un instrumento del bienestar para los
obreros.
LA PRIMERA INTERNACIONAL DE TRABAJADORES
En
1864 se funda en Londres la Primera Internacional, asociación que postula la
solidaridad entre los obreros y precisa como meta la conquista del poder
político por el proletariado. A su nacimiento contribuyeron los líderes del
sindicalismo inglés en contacto con dirigentes obreros franceses. Al mitin
fundacional de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) acudieron
representantes de trabajadores británicos, franceses, alemanes y emigrados
políticos de varios países.
Características básicas de la Primera Internacional de Trabajadores |
El
período de mayor auge de la AIT fue después de la crisis económica de 1867 pero
la afiliación a la misma nunca fue grande, no llegando en su fase de mayor apogeo
a los 100.000 miembros.
A
partir de 1868, se inicia una fase de debilitamiento de la AIT por causas
externas e internas. Entre las primeras está la gran represión que tienen las huelgas y las manifestaciones obreras
en los diferentes países. Sin embargo, la principal fuente de problemas es la
oposición entre marxistas y anarquistas. La rivalidad entre Marx y Bakunin
tenía una base personal, pero es a nivel ideológico donde se plantean las
mayores divergencias. Las principales diferencias entre marxistas y
bakuninistas son:
- Marx coloca como base y motor de la historia
a las clases sociales mientras que Bakunin defiende un mayor individualismo.
- Para Marx la revolución la ha de llevar a
cabo el proletariado, después de una fase previa de concienciación y
preparación, y culminará con el triunfo de esta clase que, al conquistar el
poder, impondrá la dictadura del proletariado. Bakunin parte, por el contrario,
de las masas campesinas que, con acciones de tipo aislado y espontáneo,
llevarán a cabo la revolución, destruyendo el Estado burgués y creando la
sociedad anarquista.
-
Mientras
que los marxistas creen que es positivo intervenir en la política, Bakunin
basa su actuación en los sindicatos, excluyendo cualquier forma de actividad
política.
Junto
a estas divergencias, dos hechos vienen a sumarse a la decadencia de la AIT: no
lograr evitar la guerra franco-prusiana de 1870, lo que demostraba el triunfo
del nacionalismo en ambos países frente al internacionalismo que propugnaba la
Asociación, y el fracaso de la Comuna francesa y su posterior represión, que
tuvo reflejos en casi todos los países, con una ola general de persecuciones
contra todo tipo de asociaciones obreras.
Esquema sobre los factores que provocaron la disolución de la AIT |
Todos
estos hechos provocan que la sede de la AIT pase a Nueva York, donde acaba
por disolverse en 1876.
LA SEGUNDA INTERNACIONAL DE TRABAJADORES
La
idea de una nueva Internacional ya existía en muchos partidos obreros desde 1876,
pero la oposición de Marx retrasa su puesta en práctica. No será hasta 1889, en
uno de los congresos celebrados en París con motivo del primer centenario de la
revolución francesa, cuando nazca la Segunda Internacional concebida como una
federación de partidos y grupos obreros nacionales para intentar regular sus
relaciones mutuas y orientar sus modos de actuación mediante congresos. Pero su
organización definitiva se produce en 1899, con la creación del Bureau Socialista Internacional, formado por dos delegados de cada país.
Esquema sobre las principales diferencias entre la I y II Internacionales Obreras. Desde la década de 1870 empiezan a crearse partidos socialistas en los distintos países |
Uno
de los primeros acuerdos tomados por la II Internacional es la proclamación del
día 1 de mayo como día internacional de la lucha obrera por la jornada de 8
horas. Pero pronto surgen los problemas. El primero de ellos es, una vez más, el
enfrentamiento entre marxistas y anarquistas, que se resolvió con la expulsión
de estos últimos en el congreso de Londres de 1896.
Pero
los problemas más importantes son el del reformismo y el revisionismo.
El
reformismo planteaba una cuestión práctica; la conveniencia de que los socialistas
intervinieran en los gobiernos burgueses de sus países. La solución que se dio
era que se podía intervenir, aunque no fuera conveniente hacerlo, y en última
instancia, la palabra definitiva la tenía cada partido socialista nacional.
Eduard Bernstein (1895) Fuente: Wikimedia Commons |
Por
su parte, la tendencia revisionista argumentaba que, ante el hecho de que la crisis
prevista del capitalismo se alejaba cada vez más y las circunstancias económicas
cambiaban y no precisamente a peor para los obreros, se imponía una revisión de
las premisas marxistas. El principal autor de esta teoría fue Bernstein, quien negaba
el materialismo histórico, la vía revolucionaria y la lucha de clases; pues
según él, no existen dos clases, sino varias. Además, defendía la vía
reformista y de colaboración, para llegar paulatinamente al socialismo.
Esta postura va a ser condenada por los marxistas ortodoxos, encabezados por Kautsky, hasta lograr la expulsión de los revisionistas
de la Internacional, en el Congreso de Amsterdam de 1904. No obstante, la polémica
entre marxistas puros y revisionistas perduró largo tiempo.
Karl Kautsky (1854-1938), por George Grantham Bain Collection Fuente: Wikimedia Commons |