En el último cuarto del siglo XIX, desde el fin de la guerra Franco-Prusiana y hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial, la política en la Europa capitalista e imperialista se caracterizará por un aumento en la tensión de las relaciones internacionales. La industria bélica se desarrollará debido a los continuos conflictos nacionalistas e imperialistas. Ya sea en defensa propia o por ambición, las naciones se lanzan a una carrera armamentística, sabedoras de que el conflicto estaba próximo. Todo ello derivaría en complejos entramados diplomáticos en los que se establecerían alianzas por las que las naciones estarían en conflicto aunque no estuvieran en guerra.
Si vis pacem, para bellum
(Si quieres la paz, prepara la guerra)
Enlaces relacionados:
- Imperialismo y colonialismo.- La Segunda Revolución Industrial y el desarrollo capitalista.
- La unificación alemana y los Balcanes y la Cuestión de Oriente.
RELACIONES INTERNACIONALES (1870-1914): SISTEMAS BISMARCKIANOS
A partir de 1871, tras la derrota francesa en
la guerra franco-prusiana y la proclamación del Imperio Alemán, el canciller Bismarck se convierte en el árbitro de Europa, y las relaciones internacionales siguen
sus directrices. Estas relaciones van a estar presididas por una serie de
alianzas diplomáticas y un aumento del armamentismo, sobre todo en los primeros
años del siglo XX, que logran evitar la guerra directa entre las potencias durante
más de 30 años, larga etapa de paz que los historiadores han llamado la «Paz
Armada». Este período suele dividirse en dos fases: una primera; hasta 1890,
está presidida por el canciller alemán Bismarck y la creación de un sistema de
alianzas que regulan las relaciones internacionales; y una segunda fase, que se
inicia en 1890; en la que, al cambiar las alianzas anteriores, se van creando
los bloques que se enfrentarán en la Guerra Mundial de 1914.
El canciller alemán Otto von Bismarck, por P. Loescher & Petsch (1871) Fuente: Wikimedia Commons / Bundesarchiv, Bild 183-R68588 / CC-BY-SA 3.0 |
Veamos con más detalle la situación de Europa
en 1870:
El predominio de las grandes potencias se
mantiene invariable desde 1815: Gran Bretaña, Rusia, Alemania (antes Prusia), Austria-Hungría
y Francia protagonizan congresos y conflictos. Gran Bretaña, potencia
hegemónica que retiene el control de las vías marítimas y vigila el equilibrio
continental, procurando impedir el nacimiento de otra potencia terrestre al
estilo de la Francia napoleónica. Rusia, que ha encontrado en los inmensos
espacios siberianos un campo de expansión demográfica y económica procura ampliar
su salida hacia el mar Negro y los estrechos, objetivo que explica su presencia
en la cuestión balcánica. Austria-Hungría, que ha visto cómo se ha producido la
unificación alemana sin contar con ella, entiende que su única dirección de
engrandecimiento se encuentra en el sur, en los Balcanes. Francia, vencida en
la guerra de 1870, trata de no perder su estatuto de gran potencia y se
orientará hacia la expansión colonial. Por último, la Alemania imperial goza
del prestigio de su victoria de 1870 y aparece como una gran potencia económica
y territorial.
Ya fuese para mantener la situación
territorial de 1871, o para defender la comparecencia en el reparto de la
herencia del imperio turco, o para conquistar posiciones coloniales fuera de
Europa, lo cierto es que las grandes potencias se afanaron en incrementar su
fuerza militar. La carrera de armamentos se acelera.
Entrevista de Napoleón III y Otto von Bismarck tras la batalla de Sedan de 1870, por Wilhelm Camphausen (1878) Fuente: Wikimedia Commons |
Desde el punto de vista económico, la mayoría
de las naciones europeas, después de una etapa de liberalismo económico,
regresan al proteccionismo en las relaciones comerciales. Se establecen tarifas
aduaneras protectoras de sus propios productos frente a la competencia
extranjera. Sólo Gran Bretaña y Holanda mantienen el librecambismo, es decir,
el libre flujo de las mercancías.
Así pues, la situación de 1871 tendría los
siguientes rasgos:
- Existe un deseo de equilibrio y de mantenimiento de la situación territorial del continente europeo.
- Existe un foco de perturbación en los Balcanes, donde el expansionismo de Rusia y de Austria-Hungría es origen de conflictos.
- Aunque el objetivo sea la paz, la carrera de armamentos no se detiene y el potencial militar se incrementa de año en año.
- El conflicto comercial en una coyuntura económica depresiva llevará la resurrección del proteccionismo.
La política europea desde 1870 va a estar
marcada por la figura del canciller alemán Bismarck, y las relaciones
internacionales van a seguir las directrices señaladas desde Berlín.
Nacionalismos y rivalidades imperiales en la Europa del último cuarto del siglo XIX |
La pérdida de Alsacia y Lorena y el pago de
indemnizaciones, consecuencias de la derrota francesa en la guerra de 1870,
habían creado en ciertos medios franceses un ambiente de revanchismo y desquite
frente a Alemania. Uno de los ejes de la política del canciller alemán
consistía en sortear el peligro francés, aislando a su enemigo y creando un
bloque de alianzas en torno a su imperio. Para ello, encontró en Europa un
ambiente favorable ya que, como dice Renouvin, «en todos los estados europeos
la cuestión de las relaciones con el Imperio Alemán era la principal
preocupación de los gobernantes». Estos objetivos los consiguió con un
complicado entramado de pactos y tratados que suelen resumirse en tres
sistemas:
PRIMER SISTEMA BISMARCKIANO:
Los únicos posibles aliados de Francia eran
Austria-Hungría y Rusia ya que sus relaciones con Italia no eran buenas, e
Inglaterra llevaba una política aislacionista. Serán, pues, estos países los
que Bismarck intente atraerse para formar una alianza, a pesar de sus
rivalidades (disputas balcánicas). En 1872, se entrevistan los emperadores de
los tres estados: GuiIlermo I de Alemania, Francisco José de Austria-Hungría y
el zar Alejandro II de Rusia; y al año siguiente se firman una serie de acuerdos
conocidos como el Pacto de los Tres Emperadores. A estos tratados se adhirió
Italia en 1874.
Sin embargo, la escasa solidez del Pacto se
demostró pronto. En 1875, se producen dos crisis que acabaron con él. De un lado,
el aumento de los efectivos militares franceses en este año ponen en pie de
guerra a los alemanes pero el enfrentamiento se evita gracias a la intervención
diplomática de Rusia e Inglaterra.
El otro hecho es más grave aún. Una vez más
los Balcanes van a oponer a Rusia y
Austria-Hungría. Se producen revueltas en Bosnia-Herzegovina y Bulgaria, que
son duramente reprimidas por los turcos. Rusia y Austria firman un tratado
secreto por el que Bosnia sería para los austríacos, Bulgaria para los rusos. Pero
ese mismo año, 1877, Serbia y Montenegro se levantan contra los turcos por su
independencia. Rusia, para apoyarlos, ataca y vence a los turcos imponiéndoles
el Tratado de San Estéfano, por el que se declara independientes a Serbia y
Montenegro, y se crea la Gran Bulgaria, estado autónomo bajo influencia rusa.
Pero Inglaterra y Austria-Hungría no aceptan
el tratado y solicitan la revisión del mismo. Bismarck intenta mediar reuniendo
el Congreso de Berlín de 1878. Los resultados negativos obtenidos por los rusos
en este Congreso, con la reducción de los territorios búlgaros, y el apoyo
alemán a Austria, que consigue la administración de Bosnia-Herzegovina, hacen
que Rusia abandone el Pacto de los Tres Emperadores y se produzca así la disolución
del primer sistema de alianzas.
El congreso de Berlín de 1878, por Anton von Werner (1881) Fuente: Wikimedia Commons |
SEGUNDO SISTEMA BISMARCKIANO:
La diplomacia de Bismarck para la formación de
un nuevo bloque de aliados se inicia con el pacto de la Dúplice Alianza (Alemania
y Austria-Hungría), firmado en 1879. Pronto intentó nuevos contactos con Rusia
y, tras la subida al trono del nuevo zar Alejandro III, se firma una vez más el
Pacto de los Tres Emperadores. En 1882, el canciller alemán logró completar el sistema
con la llamada Triple Alianza, entre Alemania, Italia (que busca apoyo para sus pretensiones en el norte de África) y
Austria-Hungría, a los que más tarde se unirá Inglaterra.
La estabilidad del sistema dura hasta la aparición de los primeros problemas en 1886-87. Por una parte, aumenta la tensión franco-alemana con la llegada al Ministerio de la Guerra francés del general Boulanger, aunque tras su rápida caída volverá de nuevo a suavizarse. Por otro lado, surge una vez más la crisis en los Balcanes. Bulgaria se separa de la tutela rusa y se acerca a Austria, al tiempo que Serbia entra también en la órbita austríaca. El descontento ruso hacía inviable Ia continuación del Pacto de los Tres Emperadores.
TERCER SISTEMA BISMARCKIANO:
Consta de 3 tratados:
- La Triple Alianza, formada por Alemania, Italia y Austria-Hungría.
- Los Acuerdos Mediterráneos (1887), firmados por Austria-Hungría, Italia e Inglaterra; y al que se unirá España, comprometiéndose todos a respetar el status quo en el Mediterráneo.
- El Tratado ultrasecreto de reaseguro o Pacto de Contraseguridad, entre Alemania y Rusia en 1887, por el que ambas partes se comprometen a la neutralidad si son atacados por un tercer país.
Tercer sistema bismarckiano: Europa tras 1887 |
Con estos tres tratados, Bismarck conseguía
el total aislamiento de Francia, impidiendo cualquier posibilidad de revancha.
Sin embargo, todos estos acuerdos contaban con grandes deficiencias pues no
resolvían los puntos conflictivos y abusaban del carácter secreto. Por ello, a pesar
de los buenos oficios de Bismarck cada vez aparecían más problemas que complicaban
y ponían en peligro el difícil equilibrio de sus sistemas. La crisis de los
mismos podía preverse cercana.
Las desavenencias entre el joven kaiser Guillermo II y el "Canciller de Hierro", Otto von Bismarck, serán clave para la destitución de éste último como canciller. Sin la peculiar personalidad e ingenio político de éste último, los complejos y arduos sistemas de alianzas se vendrán abajo tras veinte años de esfuerzo. La política expansionista y colonialista del nuevo emperador constituirá una nueva fuente de conflictos que llevará la Paz Armada a su ineludible final: La Gran Guerra de 1914.
Las desavenencias entre el joven kaiser Guillermo II y el "Canciller de Hierro", Otto von Bismarck, serán clave para la destitución de éste último como canciller. Sin la peculiar personalidad e ingenio político de éste último, los complejos y arduos sistemas de alianzas se vendrán abajo tras veinte años de esfuerzo. La política expansionista y colonialista del nuevo emperador constituirá una nueva fuente de conflictos que llevará la Paz Armada a su ineludible final: La Gran Guerra de 1914.
Grandes Potencias: Alemania
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