A principios del siglo XX, el aumento de la tensión en las relaciones internacionales europeas debido a los continuos conflictos nacionalistas e imperialistas desencadenaría la guerra de mayores proporciones que la humanidad había vivido hasta la fecha. Los tratados de paz que pusieron fin a la "Gran Guerra" (Paz de París) resultaron de una gran complejidad; fruto, por un lado, de los complicados sistemas de alianzas entre los distintos participantes del conflicto (cada uno con sus propios intereses), y de las ansias de revancha, por otro. En cualquier caso, las consecuencias de estos tratados tendrán una amplia trascendencia y todavía en el mundo actual podemos vislumbrar su herencia.
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EL FIN DE LA GUERRA: LOS TRATADOS DE PAZ
Tras la derrota de los Imperios Centrales, en 1919 los vencedores se reunieron en París para reconstruir el mundo. Durante 1919 firmaron 5 tratados: St. Germain con Austria, Trianon con Hungría, Neuilly con Bulgaria, Sèvres con Turquía, y, muy especialmente, con Alemania el Tratado de Versalles.
Clemmenceau presenta los términos de los aliados a la delegación alemana (1919) Fuente: Wikimedia Commons / Wide World Photos |
George, Orlando, Clemenceau y Wilson durante un descanso en las negociaciones del Tratado de Versalles, por Edward Jackson (1919) Fuente: Wikimedia Commons / U.S. Army Signal Corps |
Wilson empezó librando una dura batalla por una Sociedad de Naciones, organismo internacional permanente en el que todas las naciones, sin sacrificar su soberanía, se reunirían para discutir sus disputas, prometiendo todas no recurrir a la guerra. Pocos estadistas europeos tenían confianza alguna en aquella Sociedad, pero aceptaron la propuesta de Wilson.
La gran exigencia de los franceses en la conferencia de paz fue la de la seguridad contra Alemania. Proponían que la parte de Alemania al oeste del Rhin se estableciera como un estado independiente, pero los aliados se opusieron. Los franceses cedieron a cambio de una promesa de E.E.U.U. e Inglaterra de ir en su ayuda si eran atacados de nuevo por los alemanes. Francia obtenía el control de las minas de carbón del Sarre por 15 años; durante este tiempo una comisión de la Sociedad de Naciones administraría el territorio del Sarre y en 1935 se celebraría un plebiscito. Lorena y Alsacia volvieron a Francia.
Karl Renner, jefe de la delegación austriaca, se dirige a los otros delegados al recibir las condiciones de paz del Tratado de Saint-Germain (1919) Fuente Wikimedia Commons |
Alemania perdió todas sus colonias, que fueron conferidas a la Sociedad de Naciones que, a su vez, bajo "mandatos", las asignó a diversas potencias para administrarlas. Los aliados se adjudicaron la flota alemana, pero las tripulaciones alemanas, en lugar de rendirlas, las hundieron. El ejército alemán quedó reducido a 100.000 hombres: el tratado prohibía a Alemania tener artillería pesada, aviación y submarinos.
Fue con la concreta finalidad de justificar las reparaciones por lo que se incluyó en el tratado la famosa cláusula del "delito de guerra". Mediante aquella cláusula, Alemania explícitamente aceptaba la responsabilidad de todas las pérdidas y de todos los daños resultantes de la guerra. Los alemanes, ciertamente, no se sentían tan responsables como ahora se veían obligados a reconocer y consideraban que se ofendía a su honor como pueblo. La cláusula del "delito de guerra" inducía incluso a los alemanes más moderados a considerar el tratado como algo que sería necesario eludir, por una cuestión de propio respeto.
El mapa europeo en 1923 tras la Paz de París, traducido por Dove Fuente: Wikimedia Commons / Map Europe 1923-fr.svg /CC BY-SA 3.0 |
Los demás tratados redactados por la Conferencia de París, en conjunción con el Tratado de Versalles (St. Germain, Trianon, Neuilly y Sèvres), trazaron un nuevo mapa para la Europa oriental, y registraron la recesión de los imperios ruso, austriaco y turco. Ahora existían 7 nuevos estados independientes: Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Checoslovaquia y Yugoslavia. Rumanía se amplió mediante la agregación de áreas anteriormente húngaras y rusas; Grecia se amplió a expensas de Turquía. Austria y Hungría eran ahora pequeños estados, y no había conexión alguna entre ellos. El Imperio Turco desapareció surgiendo Turquía como una república reducida a Constantinopla y Asia Menor.
CONSECUENCIAS A LARGO PLAZO DE LA CONTIENDA
Los cuatro años que duró el
conflicto implicaron grandes cambios para el futuro de Europa y el mundo,
sembrando la semilla de transformaciones de largo alcance para la sociedad del
nuevo siglo:
- Demográficamente, Europa perdió entre 9 y 10
millones de personas. El país más afectado fue Alemania. La mayoría estaba
constituida por hombres jóvenes en edad de procrear, lo que provoca una
superpoblación femenina en esas edades y un importante descenso de
natalidad. Habría que añadir el gran número de heridos y mutilados. Este
descenso demográfico implicaba importantes barreras para el desarrollo
económico y social, sobre todo para aquellos países en los que la guerra
tuvo una mayor incidencia.
Gráfico comparativo de las bajas sufridas por los principales contendientes |
- Tecnológicamente, se
producen grandes cambios. Si algo había demostrado esta guerra es que los
avances técnicos podían pesar más que la superioridad numérica. Las
tácticas militares conocidas habían quedado obsoletas ante los avances
tecnológicos. La investigación de nuevos armamentos dio pie no sólo a la
creación de nuevas armas de combate sino al desarrollo de industrias, como
la química, que permitió el impulso de nuevos productos con distintos usos
(como los pesticidas), o la aeronáutica, tras ver las posibilidades que
ofrecieron los primeros combates aéreos. En líneas generales, se mejoraron
las técnicas de producción y organización en la industria y se conciben
los procesos de investigación y desarrollo que cristalizarán durante los
años venideros.
- Socialmente, la llamada "Gran Guerra" por sus contemporáneos, al producir un fuerte descenso de la población activa masculina, ésta se reemplaza con la incorporación de la mujer al trabajo. Esto tendrá importantes repercusiones de cara al futuro. La diversificación del empleo de mujeres en las distintas actividades laborales (agrícolas, fabriles, administrativas, educacionales, etc.) ante la falta de efectivos masculinos, permite a aquellas adquirir una nueva posición en la sociedad. El feminismo se convierte en un fenómeno en expansión y que no podrá ser ignorado fácilmente. El derecho al voto constituye el primer paso, en el que hay que destacar la labor de las llamadas sufragistas. Por otro lado, surgirán movimientos políticos de amplio calado social como el comunismo y el fascismo que irán polarizando la sociedad de la primera mitad del siglo XX.
- En
el campo económico, hay que destacar las destrucciones
materiales. Los estados, fuertemente endeudados, difícilmente pueden hacer
frente a tanta destrucción. El tejido productivo se orientó hacia las
necesidades bélicas, es la llamada economía de guerra, que generó un desequilibrio
en la producción de bienes que repercutió muy negativamente en los
sectores más necesitados y que generó numerosas revueltas e inestabilidad.
Serán necesarios procesos de reconversión industrial. La inflación y las
devaluaciones de las monedas serán medidas frecuentes; el intervencionismo
estatal en la economía es, por tanto, en esta época, otra consecuencia del
conflicto. Alemania será la que sufra las más duras consecuencias económicas
en los años de posguerra, como resultado tanto de las destrucciones
materiales como de las duras condiciones de paz que se ve obligada a
firmar. Por otro lado, se produce el hundimiento del patrón oro ante las graves
pérdidas de este metal sufridas durante el conflicto por los países
beligerantes que lo necesitaron para llevar a cabo sus transacciones
económicas. Así se puso en marcha una cadena de acontecimientos que
cristalizarán en las depresiones de los años 20 y el crack financiero de
1929.
Desempleados viviendo en chabolas en Manhattan, por Berenice Abbott (1935) Fuente: Wikimedia Commons |
- Políticamente, se producen intensos cambios
en el mapa europeo tras 1919. La desaparición del Imperio Alemán
(sustituido por la República de Weimar) marcó el inicio de un período de
humillación para este país que sufrió graves pérdidas territoriales y
económicas; en el que se despierta un cierto deseo de revanchismo que
cristalizará en la Segunda Guerra Mundial. El Imperio Otomano se
transformó en una Turquía reducida a la península de Anatolia. El imperio
zarista a su vez se configuró en un estado gobernado por el partido
comunista. El Imperio Austrohúngaro se dividió en varias entidades:
Austria, Hungría y Checoslovaquia. Por otro lado, nace un nuevo país en
los Balcanes: el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos (futura
Yugoslavia), una monarquía bajo la dinastía de los Karadjorjevic.
- Se produce un nuevo orden mundial en el que las que eran las grandes potencias mundiales se ven relegadas a un segundo plano. Las pérdidas materiales, la debilitación de los lazos con las colonias, que en muchos casos inician un largo proceso de descolonización, y la incapacidad de estas potencias de poner fin a un conflicto que ellas mismas han generado marcan el inicio del fin de la hegemonía europea en la esfera política mundial.
Frente a este panorama europeo, dos países llevaron a cabo un fuerte despegue económico con sus préstamos y ventas a los países beligerantes: son Estados Unidos y Japón, que, con el hundimiento de Europa, se convierten en primeras potencias económicas.
Esquema general sobre las consecuencias de la Primera Guerra Mundial |