miércoles, 10 de septiembre de 2014

La Revolución Rusa: La Guerra Civil y la formación de la URSS.

En 1917, el levantamiento de las clases populares acabará por derrocar al régimen zarista e instaurar otro en el que el Partido Comunista regirá el devenir de la nación durante la práctica totalidad del siglo XX. Sin embargo, la subida al poder del Partido Bolchevique no estará exento de una oposición que cristalizará en el surgimiento de una guerra civil que asolará el país y que terminará por imponer el poder comunista. La Guerra Civil dejará al país asolado y debilitado económicamente pero unido políticamente bajo una bandera impuesta al conjunto de la población. 

Enlaces relacionados:
La Revolución Rusa: Rusia a principios del siglo XX.
La Revolución Rusa: La Revolución de 1917.
La  Revolución Rusa: La NEP, la III Internacional y la era de Stalin.


 LA GUERRA CIVIL (1917-1923)

El 3 de marzo de 1918 los comunistas firmaban con Alemania la paz de Brest-Litovsk: Rusia salía de la guerra, al tiempo que entregaban a los alemanes el control sobre las provincias bálticas, Polonia y Ucrania. Pero la paz real no llegó pues el país se había hundido inmediatamente en una guerra civil, tras la subida al poder de los bolcheviques. Así, al Ejército Rojo bolchevique (creado por León Trotsky) se le oponía un Ejército Blanco compuesto no sólo por los antiguos reaccionarios zaristas, los liberales y los burgueses, sino también todos los tipos de socialistas antileninistas, que se dispersaron en todas direcciones para organizar la resistencia contra el régimen de los soviets, y obtuvieron la ayuda de los aliados occidentales.

Por otro lado, hay que tener en cuenta la presencia de campesinos que rechazaban los reclutamientos forzados y los requerimientos, y que se enfrentaron tanto al Ejército Rojo y como al Blanco. Estas guerrillas campesinas se centraron en la lucha contra las ciudades, independientemente del bando por el que luchaban y en ellas jugaron un papel esencial los desertores de ambos ejércitos. Era el Ejército Verde, donde campesinos y minorías nacionalistas y separatistas constituían el grueso del contingente.

A esta caótica situación había que añadir, además, a anarquistas y anarcomunistas, fundamentalmente de Ucrania, que formaron el llamado Ejército Negro. Este Ejército Revolucionario Insurreccional de Ucrania contaba con un amplio apoyo de la población pues estaba formado en su mayoría por campesinos en la defensa de las tierras en las que vivían.

Lenin y Trotsky (ambos en el centro de la imagen) entre soldados y delegados
del Décimo Congreso del Partido Bolchevique (1921)
Fuente: Wikimedia commons

Debido a las diferencias ideológicas y a las enemistades naturales, estos ejércitos podían aliarse entre sí o enfrentarse entre ellos dependiendo de las circunstancias. Sin embargo, parecía que el Ejército Blanco era un enemigo natural del resto, aunque contaban con un discreto apoyo de las fuerzas aliadas (inmersas en la Primera Guerra Mundial).

Aunque estaba rodeado por fuerzas enemigas, el Ejército Rojo controlaba un territorio cohesionado y centralizado que incluía Moscú y Petrogrado. Mejor disciplinado y organizado, contaba con las mejores infraestructuras. Los Blancos, en cambio, estaban divididos y les resultaba difícil organizarse para pasar a la ofensiva. Pero su mayor problema radicaba en que representaban a un régimen contra el que la propia población se había levantado, injusto y desigual, y que no reconocía ninguna concesión a las minorías nacionales. Por ello, la gran masa del pueblo se sentía más cómoda con una victoria bolchevique, a pesar de sus posibles diferencias y de que no faltaran las acciones violentas.

Mapa sobre el reparto de fuerzas durante la guerra civil
elaborado a partir de Soviet Union - Transcaucasia / Shadowxfox / CC BY-SA 3.0
En cuanto al nuevo régimen, la más antigua de sus institucio­nes era el Partido, al que seguían los Soviets y el Consejo de Comisarios del Pueblo. Se fundó el Ejército Rojo, una policía política llamada la Cheka y se promulgó una constitución.

La Cheka aparece con poderes muy extensos, fruto de las circunstancias del momento y experimentó un desarrollo enorme. La decisión  de Lenin y el Politburó la ejecución secreta y sumaria de la totalidad de la familia imperial chocaba con las intenciones de quienes hubieran preferido un proceso público del zar Nicolás II y se lleva a cabo la noche del 17 de julio de 1918 en Yekaterimburgo. Ya no había vuelta atrás, el imperio había desaparecido para siempre.

El zar Nicolás II y su familia en 1913, cinco años antes de su ejecución.
De izqda. a dcha., Olga, María, el zar Nicolás II, la zarina Alejandra, Anastasia, Alexis y Tatiana,

 por Boasson and Eggler. Fuente: Wikimedia Commons  
Durante aquellas guerras civiles, el Terror Rojo estalló en Rusia. La Cheka fue la más formidable policía política hasta entonces conocida. El Terror bolchevique se proponía la extermina­ción física de todos los que se oponían al nuevo régimen. El Terror logró su objetivo y, juntamente con el Ejército Rojo, estableció el nuevo régimen. Los demás bandos, sin embargo, no fueron ajenos a estas prácticas y la violencia radical y social se generalizó en la totalidad del país. Métodos como el  internamiento de adversarios militares y políticos en campos o la toma de rehenes fueron prácticas generalizadas.

La violencia popular generalizada se extendió durante toda la guerra civil. Incluso los poderes locales radicalizaron sus posturas dejando escapar su odio acumulado durante años tanto como actuaban arbitrariamente. Las persecuciones antisemitas se convirtieron en práctica habitual.

Ya a partir de 1920, la balanza empezaba a caer del lado rojo, debido quizás al escaso apoyo popular de los blancos y a su mayor desgaste. Sin embargo, retrasaron su inevitable final hasta 1923. Sin embargo, la concentración bolchevique en su enemigo natural y el desgaste de este esfuerzo permitió la multiplicación de rebeliones de distinto signo (como la rebelión de Kronstadt, la de Tambov o la revolución majnovista) y el surgimiento de poderes locales cuya supresión retrasó el final de la guerra.


Tropas del Ejército Rojo atacando la fortaleza de Kronstadt (1921)
Fuente: Wikimedia Commons


 EL COMUNISMO DE GUERRA

En política social, los bolcheviques, al principio, no adoptaron grandes planes, contentándose con una mezcla de principios y conveniencias, conocido como «comunismo de guerra». Nacionalizaron algunas de las más grandes empresas industriales, pero dejaron el grueso de las mismas bajo el control de los obreros. El problema acuciante era el de encontrar alimentos, y para ello el nuevo gobierno estableció requisas, exigió a los campesinos que hiciesen las entregas acordadas e invitó a los sindicatos a enviar destacamentos armados por todo el país para procurar alimentos por la fuerza.

Mientras la guerra seguía librándose, la moneda se hundía fruto de la inestabilidad en que se veía inmerso el país. En esta tesitura, el trueque y los pagos en especie se convierten en moneda corriente. El nuevo régimen instauró la gratuidad de las viviendas, y de ciertos servicios públicos.

Se estableció una economía dirigida desde el aparato estatal, las necesidades del momento requieren volver a instaurar prácticas llevadas a cabo en las fábricas antes de la guerra y contra las que los obreros se habían rebelado. En la esfera rural, se realizan requisas forzadas para abastecer a las ciudades y al ejército. Sin embargo, la guerra continuaba arruinando la economía y destruía las infraestructuras del país. El mercado negro adquirirá una importancia creciente. La hambruna de 1921 asoló el país y las requisas y los racionamientos aumentaron.

Cartel sobre la hambruna de 1921, por Iván Vasilevich Simakov (1921)
Leyenda: "¡Recordad a los hambrientos!"

Fuente: Wikimedia Commons
En las ciudades, el racionamiento y las duras condiciones urbanas en un país en guerra provocaron la salida de miles de personas e dirección al campo. Por consiguiente, las grandes ciudades perdieron casi la mitad de su población.

La propaganda se generaliza e impregna cada manifestación de la vida social. Se lleva a cabo también un esfuerzo para alfabetizar y educar a la población, conscientes de la poderosa influencia que puede implicar, a largo plazo, el control de la cultura y la enseñanza sobre la población.

Mientras tanto, la guerra civil continuaba. Pero las fuerzas antibolcheviques nunca llegaron a unirse, ni tampoco los aliados llegaron a ponerse de acuerdo. En 1922 la guerra civil terminaba.

Tras el caos y la destrucción de la guerra, Rusia aparecía como un país arruinado y en el que la autoridad del Estado descansaría sobre los hombros de un partido único con un poder absoluto. La seguridad de la sociedad se logró a costa de la libertad individual. Las aspiraciones revolucionarias, que habían costado tanta sangre, habían sido secuestradas por aquellos mismos que habían intentado ponerlas en práctica. La dictadura del proletariado no dejaba de ser una dictadura y aún cuando el Terror se redujo, el aparato policial seguiría funcionando.

El comunismo de la URSS - La Revolución de Lenin,
subido por MrAndrews727 a https://www.youtube.com 


 LA FORMACIÓN DE LA URSS

Los bolcheviques habían establecido las fronteras del nuevo estado coincidentes con las del antiguo imperio zarista, excepto en el lado europeo. Rusia había perdido millones de kilómetros cuadrados de territorio, pero se consiguió la paz y el régimen se mantuvo.

Con el final de las guerras civiles y de la intervención extranjera en 1922, fue posible establecer la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). La concepción dominante era una combinación de lo nacional y lo internacional: reconocer la nacionalidad mediante la concesión de autonomía a los grupos nacionales, a la vez que se conservaban aquellos grupos, integrados en una unión superior, y se permitía la incorporación de nuevos grupos.
Emblema de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia, por Pianist
Fuente: Wikimedia Commons / CC BY-SA 3.0
La Unión Soviética fue establecida como la unión de las Repúblicas Soviéticas de RusiaUcraniaBielorrusia y Transcaucasia. De esta forma, el Estado soviético se establecía como una federación de repúblicas, cada una con sus propios organismos políticos y administrativos. El 28 de diciembre de 1922, se aprobó el Tratado de Creación de la URSS. La Constitución de 1924 establecía la Unión, declaraba que todas las repúblicas miembros podían separarse y que podían agregarse repúblicas socialistas de nueva formación. De esta forma se legitimaba la Unión.

Mapa sobre la formación de la URSS y la incorporación de las distintas repúblicas