jueves, 12 de febrero de 2015

La Segunda Guerra Mundial: características y los virajes hacia la guerra

El final de la década de los años 30 del siglo XX será testigo de la violenta actividad de los regímenes fascistas y totalitarios que derivará en la llamada Segunda Guerra mundial, una guerra de dimensiones globales, la más sangrienta y cruel que ha visto la historia de la humanidad. Esta guerra fue fruto, en gran medida, de la actividad política y económica llevada a cabo desde desde el fin de la Primera Guerra Mundial, en un largo proceso que sus contemporáneos no supieron frenar.  

Enlaces relacionados:
Los totalitarismos hipernacionalistas: Características de los fascismos.
- La Segunda Guerra Mundial: orígenes del conflicto.
La Segunda Guerra Mundial: desarrollo de la contienda.
- La Segunda Guerra Mundial: las conferencias de paz y las repercusiones de la guerra.


 LOS VIRAJES HACIA LA GUERRA


La política exterior de las potencias europeas y sus relaciones internacionales se revelan como aspectos clave para entender el origen de la guerra. El historiador español Jesús Pabón señala que en los años previos al conflicto se producen cambios importantes en la política internacional que son decisivos para que se produzca la catástrofe, es lo que él llamó en su momento “Los virajes hacia la guerra".

Los ministros de Asuntos Exteriores alemán (Gustav Stresemann), británico (Joseph A. Chamberlain) y francés (Aristide Briand) durante las reuniones de Locarno (1925)
Fuente: Wikimedia commons /  Bundesarchiv, Bild 183-R03618 / CC BY-SA 3.0

En 1925 las cuatro grandes potencias europeas, Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia; firman en Locarno unos acuerdos que suponen el cierre de la etapa revanchista de Versalles y la inauguración de un período de armonía y colaboración entre las naciones. Sin embargo, en 1940 estas mismas potencias están en guerra. El espíritu de concordia de Locarno ha sido herido en primer lugar por la depresión económica de 1929; luego es el rechazo hitleriano de todos los acuerdos de Versalles el que provoca un clima de tensión. Pero no es sólo la política exterior alemana la que conduce hacia la guerra; el cuadro es más complejo, con giros inesperados de la política tradicional de las potencias. Son los virajes hacia la guerra: los virajes francés, británico, italiano y alemán.

1.   El viraje francés o aproximación de Francia a Rusia: desde el estallido de la revolución rusa la política francesa se había caracterizado por su enemistad hacia el régimen soviético; la retirada rusa de la Gran Guerra influyó tanto como las diferencias ideológicas entre los regímenes políticos. Después, la participación de Francia en la guerra civil rusa a favor de las tropas zaristas aumentó esta enemistad. Pero desde la subida de Hitler al poder y el rearme del Reich, los franceses vuelven a obsesionarse con el problema alemán. Francia necesita un aliado al otro lado de la frontera alemana que sirva de equilibrio al engrandecimiento alemán; en mayo de 1935, se firma el pacto franco-soviético. Se rompe de esa manera el espíritu de Locarno, que había organizado la vida de Europa sin la participación de la URSS.

Soldados italianos en Etiopía, por Foto luce - ediz. d'arte v.e. Boeri - Corridoni, 7 Roma (1936)
Fuente: Wikimedia commons / Collezione cartoline Albertomos

2.   El viraje británico o ruptura entre Inglaterra e Italia: la política tradicional de Gran Bretaña era la del equilibrio. Para ello, en 1935, en la Conferencia de Stressa; Francia, Gran Bretaña e Italia tratan de formar un frente unido ante la posible y agresión de Alemania. Pero al producirse la invasión italiana de Etiopía, Inglaterra se ve obligada a cambiar su política y aceptar las sanciones a Italia por haber invadido un Estado soberano. Se rompía así el entendimiento anglo-italiano.

3.  El viraje italiano o alianza entre Italia y Alemania: Italia siempre había rechazado la presencia en Europa de una superpotencia y la anexión de Austria por parte de Alemania podía convertir al Reich precisamente en eso. En 1934 Inglaterra, Italia y Francia publican una declaración conjunta sobre la necesidad de la independencia austríaca, amenazada desde la subida de Hitler al poder. Pero el reconocimiento alemán de la conquista de Etiopía y el apoyo a los nacionales en la guerra civil española son motivos de aproximación entre las dos potencias. Así se desemboca en el Eje, el entendimiento entre Italia y Alemania. Posteriormente, Italia se suma al Pacto Anti-Komintern que habían firmado Alemania y Japón, con lo que puede hablarse de un Eje Berlín-Roma-Tokio. Este entendimiento es un paso importante hacia la formación de los bloques de la Segunda Guerra Mundial.

Los ministros de Asuntos Exteriores Molotov (ruso, sentado) y Ribbentrop (alemán, de pie con los ojos cerrados, a la derecha de Stalin) durante la firma del pacto (1939). 
Fuente: Wikimedia commons / National Archives & Records Administration

4.    El viraje alemán o pacto germano-soviético: quizá sea el más sorprendente, pero también el más práctico para Alemania. Hitler ya había decidido la expansión por el Este, pero para ello necesitaba la neutralidad rusa, país al que había considerado siempre como enemigo. El 23 de agosto de 1939, se firma el pacto de no agresión germano-soviético (también llamado Ribbentrop-Mólotov), que también contemplaba la partición de Polonia. Esto provoca la ruptura definitiva de las relaciones anglo-alemanas. El 1 de septiembre Hitler invade Polonia. La Guerra ha comenzado.

Esquema básico sobre el camino que siguieron las potencias del Eje
en los años previos a la II Guerra Mundial


 CARACTERÍSTICAS DE LA GUERRA


·   Su extensión: se combatió en casi todo el planeta, en situaciones climáticas y terrenos diferentes. Europa, el norte de África y el Pacífico fueron los escenarios principales.

·      Su totalidad: se puede hablar de guerra total porque afectó a toda la población de los países beligerantes. Hasta entonces las guerras afectaban sólo a los combatientes; los soldados eran los únicos que morían en los campos de batalla y, a lo sumo, sus secuelas (hambre, epidemias, etc.) eran las que afectaban a la población civil. En la Segunda Guerra Mundial, en cambio, los bombardeos de las poblaciones por la aviación enemiga y la resistencia de los pueblos ocupados implicaron a toda la población civil, entre cuyos efectivos se produjeron muchas bajas.

Centro de Stalingrado en 1943
Fuente: Wikimedia commons / RIA Novosti archive, image #602161 / Zelma / CC-BY-SA 3.0

·      Guerra ideológica: lo que estaba en juego era más que un reparto de territorios o una búsqueda de hegemonía mundial. Estaba en juego la libertad, no sólo por la amenaza de Hitler, sino también por el avance que los postulados soviéticos pudieran tener en occidente al amparo de la guerra. No hay que olvidar que la URSS luchó al lado de los aliados y que Stalin no era precisamente un defensor de la libertad.

·      Guerra económica: más que en la Primera Guerra Mundial, el mantenimiento de una economía saneada era vital para la victoria final. Por ello, todos los países beligerantes se lanzaron a potenciar lo que se llamó una "economía de guerra", en la que se daba prioridad a la producción de material bélico y a las industrias que tenían relación con él: acero, hierro, carbón, etc. La población sufrió las consecuencias de ello con la disminución de los bienes de consumo y el empeoramiento de las condiciones de trabajo. Los países se vieron obligados a transformar sus sistemas económicos y políticos en aras de la victoria final. El sistema productivo se ponía así al servicio de la guerra.

·      Guerra científica: una gran cantidad de científicos trabajaron para ambos bandos en esta guerra. Los avances técnicos se emplearon en la obtención de nuevas armas ofensivas y defensivas. De hecho, las continuas mejoras en la motorización, la aviación, el armamento y la radiotelefonía supondrán una característica básica de la nueva guerra. La técnica, a través de la radio, se puso también al servicio de la propaganda, que tenía como objetivo desanimar al enemigo y tratar de mantener las esperanzas de victoria en los propios ejércitos.

Cazas japoneses parten del portaaviones Shokaku hacia Pearl Harbour (1941)
Fuente: Wikimedia commons / Official U.S. Navy Photograph (National Archives)

·    Nuevas tácticas militares: si la Primera Guerra Mundial se caracterizó por la existencia de unos frentes estables que garantizaran las posiciones, la Segunda permite una gran movilidad de los ejércitos a pesar del gran número de efectivos y de suministros necesarios. Alemania destaca en un primer momento con el blitzkrieg o «guerra relámpago», que describe una acción consistente en un bombardeo inicial de las posiciones enemigas para hacer daño y desconcertar al enemigo seguido de la rápida acción del ejército de tierra antes de que se pueda articular una defensa apropiada. Los tanques fueron usados para abrir camino entre las líneas enemigas, romper los frentes y movilizarse rápidamente.

Las tácticas aéreas fueron objeto de estudio y desarrollo para lograr la supremacía aérea como la formación alemana “de cuatro dedos” o la aliada “en V”. El bombardeo aéreo podía resultar útil para crear desconcierto, destruir edificios y hacer daños generales aunque no resultara tan decisivo como se esperaba. Las fuerzas aerotransportadas permitían además acciones rápidas en territorio enemigo.

La guerra marina también resultó fundamental, sobre todo en el Mar del Norte y Canal de la Mancha y en la Guerra del Pacífico, donde el empleo de los gigantescos portaaviones fueron decisivos.

El portaaviones USS Leyte (1948)
Fuente: Wikimedia commons 

La logística se volvió un aspecto fundamental dado el elevado número de unidades desplazadas, por lo que la coordinación y la planificación debían ser cuidadosas. El ataque a las líneas de suministro enemigas podía llegar a ser de gran utilidad para su derrota. El espionaje y el contraespionaje se volvieron una actividad esencial.

·     Crueldad: todas las guerras son crueles, pero la Segunda Guerra Mundial, con los avances que las revoluciones tecnológicas habían puesto en sus manos, produjo enormes destrucciones. Ciudades enteras fueron arrasadas y no se discriminaba entre víctimas civiles y militares. Los campos de concentración de prisioneros conformaron uno de los capítulos más crueles de la guerra.

·     Nuevos armamentos: si en la Primera Guerra Mundial se habían impuesto las armas defensivas, que trajeron consigo la estabilización de los frentes y las trincheras, en la Segunda el predominio es de las armas ofensivas; con lo que las campañas se caracterizan por una extraordinaria movilidad. El protagonismo lo desempeñan el avión, que permite tanto la utilización de tropas aerotransportadas que pueden destruir la retaguardia como el bombardeo de enclaves o ciudades enemigas, y el tanque, dotado de cañones cada vez más poderosos, ante cuyo empuje se hunden todos los sistemas defensivos estáticos. Todas las demás armas se transforman para hacer frente a estas dos fundamentales. Se dota a la infantería de ametralla­doras antiaéreas, y se instalan minas y otros procedimientos antitanques. Por otra parte, se señala una cierta supremacía de las armas de tiro curvo, como los morteros. El submarino constituye un elemento importante de la guerra naval, pero su actuación no resulta tan definitiva como en 1914, porque se han encontrado sistemas de lucha contra él, como las minas submarinas y las cargas de profundidad. Un papel mucho más importante en el mar lo va a desempeñar el portaaviones, sobre todo en la guerra del Pacífico.

Tanques alemanes durante la Batalla de Kursk (1943)
Fuente: Wikimedia commons / Bundesarchiv, Bild 101III-Merz-014-12A / CC BY-SA 3.0

En una fase avanzada de la contienda aparecen las armas autopropulsadas, como las bombas volantes V-1 y V-2 que, catapultadas desde rampas de lanzamiento en la costa meridional del canal de la Mancha, cayeron sobre Londres. En agosto de 1945, EE.UU. arroja sobre el Japón el arma más terrible y definitiva, la bomba atómica.

Podemos hacer un esquema básico del desarrollo de la guerra a partir de distintas fases: la primera marcada por las ofensivas alemanas y la invasión de Rusia (1939-1941), otra que supone la entrada de EE.UU. en la guerra y un cambio de signo en la lucha (1942), y otra fase final marcada por las victorias de los aliados (1943-45).


La bomba atómica de Nagasaki
subido por Ezhilan Loganathan a https://www.youtube.com