
En la segunda mitad del siglo XIX, con un sistema económico potente afianzado en el capitalismo gracias al éxito de la Revolución Industrial y con un mapa político nuevo reordenado y estructurado conforme a las necesidades del momento, Europa aparece diseñada como el foco hegemónico del mundo. Las nuevas necesidades económicas y las ambiciones políticas empujarán a los estados a dar un salto fuera de los límites continentales lanzándose...