lunes, 24 de febrero de 2014

Imperialismo: la Conferencia de Berlín y los grandes imperios coloniales

En la segunda mitad  del siglo XIX, con un sistema económico potente afianzado en el capitalismo gracias al éxito de la Revolución Industrial y con un mapa político nuevo reordenado y estructurado conforme a las necesidades del momento, Europa aparece diseñada como el foco hegemónico del mundo. Las nuevas necesidades económicas y las ambiciones políticas empujarán a los estados a dar un salto fuera de los límites continentales lanzándose a la conquista del mundo. Surge así un nuevo fenómeno, el imperialismo en el que estas naciones intentarán dominar y controlar un imperio mundial bajo la bandera de la modernidad y el control económico.

Enlaces relacionados:
- Imperialismo y colonialismo.
- La Segunda Revolución Industrial y el desarrollo capitalista.


 LA CONFERENCIA DE BERLIN 

En el último tercio del siglo XIX y principios del XX, coincidiendo con la Segunda Revolución Industrial y el auge del capitalismo industrial y financiero se produce la Conferencia de Berlín. Se trató de uno de los grandes acontecimientos diplomáticos de finales del siglo. La conferencia se celebró en Berlín entre el 15 de noviembre de 1884 y el 26 de febrero de 1885 organizada por el canciller alemán Bismarck ante los conflictos que se estaban generando por los intereses contrapuestos de las potencias europeas que ansiaban el dominio del territorio africano (Gran Bretaña y Francia especialmente).

A la Conferencia asistieron, en un intento por resolver diplomáticamente aquellas posiciones enfrentadas por las que en otro momento irían a la guerra, Alemania, el Imperio Austro-Húngaro, Bélgica, Dinamarca, Francia, Holanda, Italia, Portugal, Rusia, España, Suecia y el Reino Unido. A ellos se sumaron el Imperio Otomano y Estados Unidos.


Representación de la Conferencia de Berlin, de Adalbert von Rößler (1884)
Fuente: Wikimedia Commons 

El resultado consistió en el reparto del continente africano, de forma que si antes del Congreso, los europeos ocupaban sólo posiciones costeras; a principios del XX, el África está totalmente repartida entre las potencias europeas y sólo dos estados escapan al dominio europeo: Liberia y Etiopía.

La conferencia se concretó en el Acta General de la Conferencia de Berlín, en ella se establecía que:

  1. Las cuencas fluviales de Nigeria y Congo fueron declaradas rutas libres para el comercio internacional.
  2. Se prohibía la práctica de establecer colonias vacías que no fueran ocupadas de manera efectiva. 
  3. El dominio efectivo del Congo pasa a Leopoldo II, rey de Bélgica, a título personal.
  4. Aquella potencia que dominara el litoral de un territorio ostentaría la autoridad sobre el interior.
  5. La prohibición del tráfico de esclavos.
A pesar de los intentos por llevar a cabo un proceso imperialista de forma pacífica (en lo que se refiere a la relación entre las distintas naciones europeas), se producirían conflictos a principios del XX. Por otro lado, el congreso dibujó las fronteras de los distintos territorios africanos de acuerdo con los intereses imperialistas y sin tener en cuenta ningún tipo de consideraciones geográficas o étnicas. Muchas de estas fronteras se han mantenido hasta la actualidad, conformando las guías maestras sobre las que se han dibujado las fronteras africanas actuales. Muchos de los conflictos étnicos surgidos durante el siglo XX y desde la descolonización son una herencia directa de las decisiones tomadas en esta época.


La África colonial de 1913, herencia directa de la Conferencia, y sus fronteras actuales,
por Eric Gaba / Retoque: se ha añadido la leyenda.
Fuente: Wikimedia Commons / CC BY-SA 3.0  


 LOS GRANDES IMPERIOS COLONIALES 

En 1914 se podían contabilizar los siguientes grandes imperios:

·        El Imperio Británico. Era el mayor de todos y formado, por territorios muy distintos:

  1. Unas bases estratégicas en el Mediterráneo (Gibraltar, Malta, Chipre); en la ruta de la India (Santa Elena, El Cabo, isla Mauricio, Adán, Zanzíbar y Ceilán); y en la ruta de China (Singapur y Hong-Kong).
  2. Una amplia franja en África, que le proporcionaba zonas de un gran valor es­tratégico en torno al canal de Suez (Egipto), la entrada del mar Rojo (Somalia), el paso del Índico al Atlántico (Sudáfrica), y el golfo de Guinea (Nigeria, Costa de Oro, Sierra Leona).
  3. La India, de gran extensión y población, constituía la "joya de la Corona“. Suministraba té, algodón, aceites, minerales, y absorbía el 40% de los productos de algodón británicos. A esto sumó Birmania, Malasia y numerosos archipiélagos.
  4.  Australia y Nueva Zelanda.
  5. Posesiones americanas: Canadá, Antillas, Honduras y Guayana.
A principios del siglo XX, Inglaterra dispone de un imperio de 33 millones de km. cuadrados con 450 millones de habitantes, aproximadamente la cuarta parte de la población mundial.


Posesiones coloniales en 1914, por Andrei Nacu (2007) 
Fuente: Wikimedia Commons 

·          El Imperio Francés. Se centró sobre todo en África y en el Sudeste asiático.

  1. En África, partiendo de Argelia, incorporó Túnez y Marruecos. No pudo conseguir su objetivo inicial de unir sus posesiones del África Occidental con su base de Djibuti en el Mar Rojo, pues su eje Oeste-Este chocó con la pretensión británica de establecer un eje Norte-Sur en la crisis de Fashoda, que terminó con la retirada de las tropas francesas. Pieza clave sería la isla de Madagascar por su posición y extensión.
  2. En Asia, estableció un protectorado en Camboya y ocupó Annam, Tonkin y Laos, que formaron la Unión Indochina, zona de gran riqueza agraria y de materias primas.
·          El Imperio Alemán. Es muy tardío, se formó con Camerún, Togo, Namibia y Tanganika en África; y con las islas Marianas, las Carolinas y las Palaos en el Pacífico.

·          El Imperio Italiano. Debido a su reciente unificación. Italia decide crear tarde un imperio colonial. En primer lugar se establece en Eritrea y Somalia, y más tarde se anexiona Libia.

·          El Imperio Holandés. Posee un imperio compuesto por zonas de las Indias occidenta­les, como Guyana y algunas islas de las Antillas. y de las orientales, como las Indias Holandesas, Molucas y Célebes.


Escuentro de Henry Morton Stanley y David Livingston en UIji, África (1880 aprox.)
Fuente: Wikimedia Commons / Ver página para autor / CC BY 4.0  

·          El Imperio Belga. Sólo consigue la rica región del Congo, que recibe su rey Leopoldo II, a título personal, en la Conferencia de Berlín de 1885. A su muerte el Congo pasaría a Bélgica.

·           El Imperio Portugués. Ve desaparecer su imperio americano (Brasil) y parte del resto, por independencia de las colonias o arrebatado por otras potencias. Pero mantiene algunas factorías y amplía sus colonias costeras africanas, Angola y Mo­zambique, junto a Guinea Bissau, logrando así un imperio de 2 millones de km. cua­drados.

·           El Imperio Español. Pierde su imperio americano y asiático a lo largo del siglo XIX, una pérdida que culmina con el "Desastre del 98" (pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas). Poco antes de este hecho, logra en África los territorios de Río de Oro (Sáhara) y Guinea Ecuatorial. Ya en el siglo XX, inicia lentamente y con bastantes problemas la conquista de su protectorado de Marruecos.

El ejemplo más característico de continente colonizado es el africano. África quedó totalmente dividida entre las grandes potencias, a excepción de Etiopía, que resistió con éxito si intenta de conquista italiano, y de la República de Liberia.

La colonización de África,
subido por ARTEHISTORIA a http://www.youtube.com

 CONSECUENCIAS DEL IMPERIALISMO

La primera gran consecuencia es el descubrimiento geográfico de todo el mundo, su colonización y el reparto del mismo entre las potencias. Por otra parte, las conse­cuencias del imperialismo son diferentes según afecten a las metrópolis o a las co­lonias.

 CONSECUENCIAS PARA LAS METRÓPOLIS:

A nivel económico, las colonias suponen una fuerte sangría del presupuesto de los Estados y grandes inversiones, por lo menos en una primera fase, para crear la infra­estructura necesaria que permita la posterior explotación de las mismas. Pero pronto las colonias aportan grandes cantidades de materias primas, minerales o agrícolas. Además absorben fuertes cantidades de productos manufacturados de las industrias metropolitanas, que alivian así sus excedentes.

En el campo demográfico y social, las colonias son una válvula de escape para la presión demográfica porque, al facilitarse la emigración a ellas, disminuyen los pro­blemas sociales que podrían derivarse del aumento de la población.

Políticamente, permiten olvidar los problemas internos o externos, con lo que se ali­vian las tensiones socio-políticas. Los jefes políticos, así como las naciones, cobran mayor prestigio a nivel internacional.

No obstante, las colonias suponen también una nueva fuente de conflictos internos, pues en todos los países aparecen focos de oposición frente a la política colonial, ya sea para reclamar el empleo de las inversiones en objetivos internos, o bien como protesta ante la explotación y la barbarie llevadas a cabo en las colonias.


Factores que impulsaron el imperialismo colonial



 CONSECUENCIAS PARA LAS COLONIAS:

La primera consecuencia es que se crea una nueva geografía al cambiar la estructura de las costas con la construcción de puertos y la del interior con la aparición de nuevas ciudades, nuevas vías de comunicación, nuevas estructuras agrícolas, etc. Esto y la llegada de productos industriales ponen las bases de una nueva economía de mer­cado, que utiliza para los intercambios el papel moneda. La producción y el consumo suelen aumentar, aunque la renta de los campesinos tradicionales no crece.

El comercio con la metrópoli es desigual, ya que al no existir las industrias, se exportan materias primas y se compran productos manufacturados, por lo que el comercio es siempre deficitario para las colonias.

A nivel demográfico también se dan contradicciones. Mientras la medicina europea crea hospitales y vence las epidemias tradicionales, el contacto con los blancos facilita el contagio de enfermedades desconocidas en estas latitudes. Por ello, aumenta al prin­cipio la mortalidad de los indígenas, produciéndose un estancamiento e incluso un retroceso de la población. Sin embargo, pronto disminuye la mortalidad general, al tiempo que se mantiene la natalidad, lo que provoca un fuerte crecimiento de la población.


Henry Cotton administrando justicia en Bengala (1860 aprox.)
Fuente: Wikimedia Commons

En el terreno social, surge con fuerza la vida urbana, aparecen nuevas ciudades y se rompen las estructura tribales al aparecer nuevas clases sociales desconocidas has­ta entonces en las colonias:

  • Una burguesía compuesta por negociantes, intermediarios, propietarios y funcionarios, en su mayoría blancos e inmigrados de otros países.
  • Un proletariado indígena, formado por quienes construyen las infraestructuras, los obreros y trabajadores de servicios personales, etc.
En esta sociedad urbana aparece una segregación racial y social, con barrios clara­mente diferenciados.

Desde el punto de vista cultural, la consecuencia más destacada es el cambio mental, fruto de la evangelización y de la enseñanza. Los misioneros llevan a cabo una profunda influencia en todos los campos de la vida, desde la higiene a la religión. La enseñanza, aunque difunde los conocimientos técnicos y científicos de Europa, es ma­tizada y orientada a unas mayores posibilidades de explotación. Todo esto contribuye a que se produzca un grave proceso de aculturación indígena, con un fuerte retroceso de las lenguas, costumbres y culturas nativas.

Por último, hay que señalar un lento proceso de difusión de ideas políticas y la aparición de un anticolonialismo, producto de los abusos en la explotación y la miseria en la que quedan sumidos los indígenas. Se van a producir revueltas de muy distinto signo y resistencias armadas o pasivas. Aquí tienen ya su origen los movimientos nacionales organizados que, a mediados del siglo XX, lograrán la independencia.


EL IMPERIALISMO,
subido por José María HerCal a http://www.youtube.com