PREHISTORIA

Artículos referidos al pasado del hombre antes del conocimiento de la escritura.

HISTORIA ANTIGUA

Artículos referidos al pasado del hombre en una época entre el conocimiento de la escritura y la caída del Imperio Romano.

HISTORIA MEDIEVAL

Artículos referidos al pasado del hombre en una época situada entre la caída del Imperio Romano y el descubrimiento de América.

HISTORIA MODERNA

Artículos referidos al pasado del hombre en una época situada entre el descubrimiento de América y la Revolución Francesa.

HISTORIA CONTEMPORÁNEA

Artículos referidos al pasado del hombre en una época situada entre la Revolución Francesa y la época actual.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Los orígenes del pueblo de Israel

Esta entrada se centra en la génesis y nacimiento del antiguo reino de Israel. La interpretación histórica de este hecho no es fácil pues las únicas fuentes judías a las que poder acudir están compuestas por los libros del Antiguo Testamento y la propia tradición judía. El problema de dichas fuentes está en que no son necesariamente históricas pues son de naturaleza religiosa y en lo tardío de su redacción, que no es coetánea a los hechos. Sin embargo, sí es cierto que muchos pasajes históricos mencionados en la Biblia han sido confirmados por fuentes externas (egipcias, mesopotámicas,...) y por los hallazgos arqueológicos. Esto concede cierta verosimilitud a dichos pasajes aunque deban ser vistos con cierto distanciamiento debido a la naturaleza de los textos.


 LOS ORÍGENES  

Es una cuestión controvertida aquella que se refiere al origen y primeros tiempos de los pueblos de Israel. La fuente principal con que contamos es la bíblica. Según ésta, Abraham parte de la ciudad de Ur (Mesopotamia) con su familia, animado por la divinidad, Yahvé. Continúa la tradición con el establecimiento en tierras de Canaán (actualmente compuesta por el estado de Israel, la Franja de Gaza y Cisjordania) por un tiempo, hasta que el hambre impulsa a los descendientes de Abraham a entrar en Egipto. Desde una perspectiva histórica, la migración de Abraham se enmarcaría en los movimientos de pueblos amoritas y arameos que se producen a mediados del segundo milenio y se encuentra descrita en el Génesis, primer libro de la Biblia.

Partida de Abraham, de József Molnár (1850)
Fuente: Wikimedia Commons

Los patriarcas darán origen, a través de sus descendientes, al nacimiento mítico de doce tribus que componen el pueblo de Israel. La personalidad histórica de personajes como Abraham, Jacob o Isaac es cuestionada, optándose por admitir algunos e identificar otros con grupos tribales (Isaac y Jacob).

El siglo XV a. c. se admite como fecha probable de la migración inicial. Su origen, la alta Mesopotamia. El modo de vida nómada y la ganadería trashumante descrita en la Biblia era habitual en la época y ha sido confirmado por hallazgos arqueológicos. También hay multitud de referencias bíblicas sobre ciertos aspectos sociales como que se practicaba la esclavitud (el propio Abraham llega a tener descendencia con una de las esclavas de su mujer) así como también la poligamia (Jacob llega a tener dos esposas, ambas hermanas) y los sacrificios rituales. Según la tradición judía, la práctica de la circuncisión data de la época de Abraham y la practica con sus propios hijos.

Cada vez parece más claro que la religión judía fue en sus inicios de caracter henoteísta, es decir, que practicaba la monolatría en lugar del monoteísmo que tradicionalmente se le ha atribuido y que hoy en día se practica. La diferencia estriba en que la monolatría reconoce la existencia de varios dioses, aunque sólo se adore a uno, mientras que el monoteísmo sólo reconoce la existencia de un único dios. De hecho, no se puede asegurar la creencia monoteísta rigurosa, heredada por el judaismo actual, hasta después de la época de Moisés. 


 DE EGIPTO A LA TIERRA PROMETIDA. FASE FORMATIVA 

La entrada en Egipto se explica como un movimiento característico de pueblos nómadas hacia zonas de sedentarización en períodos de crisis. El propio relato bíblico de José relatado en el Génesis habla de una época de hambruna que no afecta al país del Nilo (pues disponían de excedente almacenado de años anteriores). De hecho, en Egipto se documentan numerosas infiltraciones en la región del delta en la época. No está clara, sin embargo, la naturaleza de la presencia judía en esos primeros momentos (aunque bien pudiera ser pacífica, no forzada) y si realmente acabaron convirtiéndose en esclavos, cómo sucedió dicho proceso. Generalmente, se admite la entrada en Egipto hacia finales del siglo XIV y su presencia en la actividad constructora de Ramsés II es segura.

A mediados del siglo XIII se inicia la búsqueda de marcos territoriales por parte de grupos étnicos conscientes de constituir entes nacionales, así se crean los reinos de Edom, Amón y Moab, de origen cananeo. El pueblo de Israel, conducido por una figura de connotaciones míticas, Moisés, se dirige a Canaán, instalándose en Palestina. Esta instalación se presume parte de un lento proceso de infiltración pacífica, culminada por una fase violenta. La estrategia principal se basaba en que cada tribu ocupó una parcela territorial, preferentemente montañosa en principio, desde la cual ocupar los valles, en confrontación con la población preexistente.

Moisés hace manar agua de la roca, por Tintoretto (1577)
Fuente: Wikimedia Commons

La existencia histórica de Moisés es muy discutida. No existen documentos históricos extrabíblicos que la apoyen, ni siquiera entre las fuentes egipcias de la época. Los que la defienden, en cambio, deben acudir siempre al texto bíblico donde su presencia juega un papel fundamental en la configuración del pueblo israelita y suelen justificar la ausencia de noticias ajenas a la tradición judía debido a la época convulsiva que supuso la presencia hicsa en Egipto. Por otro lado, la realización del Éxodo, bajo la dirección de Moisés, engloba un período histórico crucial en la formación de la cultura israelí porque en él se conforman algunos rasgos culturales básicos, entre ellos la adopción del dios nacional y el establecimiento de la Alianza.


 EL DIOS DE ISRAEL 

El origen del culto a Yahvé es oscuro. Parece que recibe su definición característica a través de Moisés. Su contacto en el Monte Sinaí refleja la revelación divina: la divinidad hace conocer su nombre a Moisés (un hecho extraordinario, pues el nombre de la divinidad, el Tetragrammaton es un término secreto, cargado de contenido mágico). También se establecen unas normas de conducta, los diez mandamientos, que definen la alianza entre Israel y la divinidad. Por lo tanto, el culto a Yahvé no es sólo religión sino también fuente de derecho y justicia.

Yahvé exige ser el único dios de su pueblo. Sin embargo, esto parece expresar más que una situación de monoteísmo, una exigencia de monolatría. La historia bíblica de Moisés y el becerro de oro parece concordar con este aspecto en particular. Yahvé aparece en los primeros textos bíblicos con carácter guerrero, relacionado con el rayo y la tempestad. También es un dios que origina la vida y la muerte, riqueza y pobreza, bondad y maldad.

Es posible que si la entrada en Canaán tras el éxodo hubiera sido pacífica, el pueblo judío hubiera asimilado algunos caracteres religiosos locales. Sin embargo, es probable que el hecho de que la llegada a la "tierra prometida" fuera violenta acentuara el particularismo de la religión judía y su individualidad frente a los cultos con los que entraba en contacto (en la Biblia las referencias a la existencia de religiones foráneas son constantes).

El punto de partida para un monoteísmo a ultranza hay que buscarlo en la época de los profetas y los jueces. En esta época se practica una intolerancia religiosa que no tenía antecedentes en la Antigüedad. La conciencia isrelí de una nacionalidad distinta se amparaba en su diferente religión y se intensifica con las guerras por el territorio.



 LA MONARQUÍA. JUECES PROFETAS Y EVOLUCIÓN MONÁRQUICA 

La conquista de Canaán por los israelitas se realiza a costa de los pueblos moabitas, arameos y filisteos. La coyuntural debilidad egipcia les facilitó el camino. La conquista de Canaán y el nacimiento de Israel como nación son procesos inseparables. En este período, Israel aparece dirigido por los Shophets, sufetes o Jueces. Personaje de peso en el ámbito tribal, son dirigentes que cobran importancia en las crisis bélicas del período de conquista de Canaán. Sus hechos más destacados están vinculados a estas luchas.

Expansión de Israel en época de los Reyes

Los Jueces son hombres dotados de un particular prestigio en su comunidad. El término se explica en sentido más amplio, caudillaje carismático, jefes locales sobre los que desciende el espíritu divino. Durante el período de los Jueces, se está gestando la futura monarquía israelita, aunque primero llegan a formarse alianzas o coaliciones tribales. Así, en líneas generales, se acepta que esta fase cubre desde el 1.200 al 1.000 a. c. aproximadamente.

El peligro que representaban los enemigos tradicionales aceleró el proceso de unificación tribal. La monarquía representaba una mayor capacidad de coordinación y defensa, y por tanto, mayores posibilidades de triunfo en la conquista territorial. El modelo en el que inspirarse se encontraba cerca, en los estados transjordanos de Edom, Moab, Amón y Aram.

Por designación divina y proclamación del profeta Samuel, Saúl fue elegido rey en un momento de máxima amenaza filistea. Con él se sentaron las bases de la monarquía en un momento no exento de tensiones internas.

David y Saúl, por Julius Kronberg (1885)
Fuente: Wikimedia Commons

Por su parte, David (1.010-970) sucedió a Saúl y fue elegido rey y refrendado por las dos entidades territoriales que reunían el conjunto de las tribus: Israel al Norte, y Judá al Sur. Instaló la capital en Jerusalén, situada entre ambas regiones. Tanto Israel como Judá mantenían su propio ejército y su propia administración. David amplió el reino a costa de los estados transjordanos.

Sin embargo, sería Salomón (970-931) quien marcara el esplendor de la monarquía. Sus relaciones con la ciudad de Tiro y su casa real dotaron al reino de una proverbial riqueza. De hecho serían la riqueza económica y la transformación de las estructuras las que marcaron su reinado. El poderío militar y las empresas comerciales influyeron en la creación de una dinámica que acabó por afectar a las tradicionales estructuras del estado israelita, provocando un aumento de la fiscalidad e intentos de reorganización administrativa.


Juicio de Salomón, por José Ribera (1610)
Fuente: Wikimedia Commons 

A su muerte, con la presión aún mayor ejercida por su sucesor Rehoboam (también Roboam), se produjo el cisma que dividió a Israel y Judá. Israel eligió otro rey, Jeroboam. La división de la monarquía influyó en el aumento de poder social de los profetas, los nabi. Los profetas aparecen como llamados por la divinidad, y como campeones de la tradición. Reformadores sociales, visionarios del futuro y anunciadores de mesías, son funciones que aún no han sido suficientemente explicadas en el contexto social del momento ya que el movimiento profètico estaba llamado a tener un importante peso durante los siglos siguientes. 

Como se ha comentado, Israel inició una dinastía con Jeroboam, anterior funcionario de Salomón, que se caracterizó por su inestabilidad. En el 876, el general Omrí tomó el poder. La boda de su hijo con una princesa fenicia, introduciendo el culto a Baal, unido a los problemas sociales y la acción de los profetas (Elías y Eliseo) provocó el nombramiento de un nuevo rey, Jehú, y la persecución de los adoradores del dios fenicio. El reinado de éste fue problemático pero la situación mejoró con Jeroboam II (786-746), tanto económica como territorialmente, sin embargo, el distanciamiento entre una clase social poderosa y una desfavorecida fue en aumento.

Canaán en el siglo IX a. c., modificado por Niqueco 
Fuente: Wikimedia Commons / Briangotts / CC-BY-SA 3.0 

Por su parte, Judá continuó gobernada por la dinastía de David, Azarías (783-742) marcó al igual que estaba ocurriendo en Israel, un período brillante.


 EL DOMINIO EXTRANJERO 

Los años siguientes vienen definidos por una fase de enfrentamientos bélicos, con arameos y asirios, provocando finalmente una intervención en el reino por parte del asirio Sargón II. Ezequías, rey de Judá entre el 715 y 687, solicitó el apoyo egipcio a su causa, sin embargo el poderío asirio afectaba incluso al país del Nilo.

Del dominio asirio, Judá pasó al dominio neobabilónico. Fue el momento de los llamados grandes profetas: Oseas, Isaías, Miqueas, Jeremías y Ezequiel. En el juego de alianzas, los israelitas se alinearon con Egipto frente a Babilonia. Estos últimos tomaron la ciudad de Jerusalén en el 587, deportando a Babilonia a un gran número de notables judíos. Es lo que se conoce como la cautividad babilónica.

Sobre la vuelta del pueblo judío a Canaán, sabemos, históricamente hablando, poco más que las referencias bíblicas. El llamado Deutero- Isaías, un profeta desconocido cuya obra se añadió al Libro de Isaías, profetizó la caída de Babilonia a manos del persa Ciro. Al cumplimiento del hecho, los israelitas deportados regresaron a Canaán.

El judaísmo, 
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miércoles, 26 de septiembre de 2012

El pensamiento económico en la edad moderna. - Parte 11

En esta serie de artículos nos hemos centrado en la génesis del pensamiento económico moderno cuyas raíces ahondan hasta la Baja Edad Media y que se desarrolla a lo largo de los siglos modernos (XV-XVIII). En esta última parte se presenta el índice y la bibliografía relacionada con la materia propuesta.

El cambista y su mujer, de Marinus van Reymerswaele (1539)
Fuente: The Yorck Project / Wikimedia Commons 

 


ÍNDICE

1. LA ECONOMÍA MORAL Y EL PENSAMIENTO ECONÓMICO DE LA ESCOLÁSTICA.


2. LA «ESCUELA DE SALAMANCA».




3. TEORÍA Y PRÁCTICA DEL MERCANTILISMO.







4. LA FISIOCRACIA.


5. LA RIQUEZA DE LAS NACIONES.


Resumen doctrinas económicas,
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BIBLIOGRAFÍA

  •  Barber, W. J. Historia del pensamiento económico. Madrid, 1976.
  •  Barrientos García, J. Un siglo de moral económica en Salamanca (1526-1629). Francisco de Vitoria y Domingo de Soto. Salamanca, 1985.
  •  Blaug, M. “El Mercantilismo. La Fisiocracia. Adam Smith”, La teoría económica en retrospección. Barcelona, 1968.
  •  Denis, H. Historia del pensamiento económico. Barcelona, 1970.
  •  Estapé, F. Ensayos sobre historia del pensamiento económico. Barcelona, 1971.
  •  Estapé, F. Introducción al pensamiento económico. Una perspectiva española. Ma­drid, 1990.
  •  Galbraith, J. K. Historia de la economía. Barcelona, 1992.
  •  Gómez Camacho, F. Economía y filosofía moral: la formación del pensamiento económico europeo en la Escolástica española. Madrid, 1998.
  •  Gonnard, R. Historia de las doctrinas económicas. Madrid, 1968.
  •  Grice-Hutchinson, M. El pensamiento económico en España, 1177-1740. Barcelona 1982.
  •  Hahne Rima, I. Desarrollo del análisis económico. Irwin. Quinta Edición.
  •  Heckscher, E. F. “La época del Mercantilismo”, Historia de la organización y las ideas económicas desde el final de la Edad Media hasta la sociedad liberal. México, 1983.
  •  James, E. “El Mercantilismo”, Historia del pensamiento económico. Madrid, 1969.
  •  Lluch, E.; Argemí d'Abadal, Ll. Agronomía y Fisiocracia en España (1750-1820). Valencia, 1985. Martínez Echevarría, M. A. Evolución del pensamiento económico. Madrid, 1983. Meek, R.L. La Fisiocracia. Barcelona, 1975.
  •  Napoleoni, C. Fisiocracia, Smith, Ricardo, Marx. Barcelona, 1980.
  •  Schumpeter, J. A. Historia del análisis económico. Barcelona, 1971.
  •  Spiegel, Henry W. El desarrollo del pensamiento económico. Historia del pensamiento económico desde los tiempos bíblicos hasta nuestros días. Barcelona, 1991.
  •  Screpanti, E.; Zamagni, St. Panorama de historia del pensamiento económico. Bar­celona, 1997.
  •  Vilar, P. “Los primitivos españoles del pensamiento económico. Cuantitativismo y bullonismo.”, Crecimiento y desarrollo. Barcelona, 1964.



El pensamiento económico en la edad moderna. - Parte 10

 Esta serie de artículos está centrada en el surgimiento de una nueva forma de pensar con respecto a la economía y que es heredera directa del nuevo contexto en que se mueve la Europa del momento. Los siglos modernos alumbran un nuevo concepto del hombre y su lugar en el mundo: el humanismo y el renacimiento subrayan el papel del hombre frente al pensamiento medieval (centrado en el concepto de Dios). El cambio de mentalidad imperante y una mayor tendencia de los países europeos hacia el reforzamiento de su autoridad como garante de la solidez del estado, acentuará el aligeramiento de las férreas posturas económicas medievales que ya poco a poco estaban desapareciendo frente al nacimiento de un nuevo pensamiento económico, traído de la mano de los hombres de negocios más influyentes, los funcionarios más preocupados por el desempeño de su profesión y de otros pensadores laicos que se centran en los problemas económicos del estado.

Enlaces relacionados:
- La fisiocracia.


 LA RIQUEZA DE LAS NACIONES Y EL LAISSEZ FAIRE  

"Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones", o sencillamente "La riqueza de las naciones", es la obra más célebre de Adam Smith. Se publicó en 1776, y es considerado el primer libro moderno de economía. Con una evidente carga filosófica, para Smith el hombre busca la riqueza no porque le empujen a ello las necesidades naturales ya que éstas quedarían satisfechas con el salario del más pobre trabajador. Su motivación es el deseo de emular a los que están por encima de él. El objetivo final de nuestros deseos es conseguir la condición de los grandes. Es, sin duda, esta cualidad engañosa de la riqueza "la que hace que surja la industria humana y la mantiene en movimiento perpetuo."

Adam Smith, por James Tassie (1780)
Fuente: Wikimedia Commons
La idea del laissez faire, adoptada de los presupuestos fisiocráticos, aparece temprano en la obra de Smith aunque, sin embargo, no sabemos hasta donde fue estimulada por sus estudios sobre Derecho natural realizados en Glasgow. Allí pudo leer a escritores exponentes de una ley natural secularizada, de la que deducían los principios básicos de la jurisprudencia. Por ejemplo, en el pensamiento de Pufendorf surge obscuramente la idea de unos "derechos naturales" que la ley natural concede al hombre y al ciudadano.

Sin embargo, será en los escritos de John Locke donde el estudio de los derechos naturales alcance su pleno desarrollo. Los derechos naturales llegan a considerarse ahora como algo innato e inalienable, en contraste con los derechos adquiridos. Con lo que surge la idea de la limitación de las funciones gubernamentales. Smith pudo encontrar en Locke unas definiciones mucho más claras acerca de los derechos de los individuos frente al gobierno, que expresan las aspiraciones populares de la época respecto a la protección de la vida, de la libertad y de la búsqueda de la felicidad. La garantía de la libertad del hombre en sociedad está asegurada en el pensamiento de Locke por considerar al gobierno como un administrador fiduciario, al que se le autoriza sólo a promulgar leyes que sean para el bien del pueblo.

Cuando Smith hace su petición de la libertad natural o de laissez faire, tenía ya tras de sí la tradición de la filosofía política de Locke. En ésta pudo encontrar ya la gran idea de que existen limitaciones a las funciones legítimas del gobierno, como la ya comentada de restringir el poder legislativo a la promulgación de leyes que promovieran el bien común. Para Smith este bien público o común, requería del laissez faire, ya que la mano invisible de la competencia ayudaría a la consecución de dicho bien mientras que la intervención del gobierno en la esfera económica la obstaculizaría.

Primera página de "La Riqueza de las Naciones" (1776)
Fuente: Wikimedia Commons



 EL PENSAMIENTO ECONÓMICO DE ADAM SMITH 

El pensamiento ilustrado:
Smith fue hijo de la era de la Ilustración y se opuso vigorosamente a todas las dependencias feudales y eclesiásticas de los tiempos pasados. En su pensamiento, el comercio y la industria surgen como los instrumentos indispensables para el cambio. La interpretación de Smith en términos económicos acerca de este cambio histórico es el siguiente. Si bien los señores feudales no encontraron nada que comprar con aquella parte de sus productos que excedía a sus necesidades, emplearon el excedente en mantener a sus dependientes. Su poder se basaba en esto y era la base sobre la que hacían justicia y mantenían fuerzas militares en la región. El poder del señor feudal se apoyaba en el comercio y la manufactura.

Smith y los fisiócratas:
Smith mantuvo estrecho contacto con los fisiócratas, pero su pensamiento marca un agudo contraste con el de ellos. Smith apoyaba el laissez faire porque para él era un compañero indispensable de la libertad política. La intención de los fisiócratas era diferente: proclamaban el laissez faire como medio de perpetuar el antiguo régimen absolutista. Más aún, la idea del laissez faire de los fisiócratas era modificada por el precio alto para los productos agrícolas. Smith nunca compartió estos puntos de vista. Hay buen número de pasajes en la obra de Smith que indican la influencia fisiócrata, pero puede considerarse que la idea básica del laissez faire que se nos ha transmitido es propiedad intelectual de Smith.

La economía clásica:
En “La Riqueza de las Naciones” el principio del laissez faire se convierte en la piedra angular de todo un sistema de pensamiento. Este principio, la competencia y la teoría del valor trabajo son aspectos destacados de la enseñanza de la llamada escuela clásica de economía, formada esencialmente por Smith, Malthus, Ricardo y Mill. Esta escuela, fue líder durante los cien años que siguieron a la publicación de la obra de Smith aunque no todos los economistas clásicos siguieron en detalle los patrones establecidos por Adam Smith.

Esquema sobre la evolución
del pensamiento económico en el siglo XVIII


 EL SISTEMA DE SMITH 

“La Riqueza de las Naciones” de Smith está dividida en cinco libros que discuten la producción y la distribución con referencia al trabajo, el capital, el desarrollo económico, la historia de la economía, y las finanzas públicas. Los dos primeros libros destacan como los mas importantes en asuntos tales como la división del trabajo, y las teorías del valor, el precio, los salarios, utilidades e intereses.

La división del trabajo:
Smith percibe el ingreso per cápita nacional como determinado por dos factores:

1.    La productividad del trabajo.
2.    La proporción en la que el trabajo productivo se encuentra respecto del trabajo no productivo.

Esta idea de Smith deriva de los fisiócratas. Respecto a la productividad del trabajo, Smith considera principalmente su relación con la división del trabajo, que surge como la condición económica más importante para obtener incrementos en la productividad. Smith asigna los efectos favorables de la división del trabajo a tres circunstancias:

1.    El incremento resultante en la habilidad y destreza del obrero.
2.    El ahorro de tiempo que de otra manera se perdería al cambiar de un tipo de tarea a otra.
3.    La invención de la maquinaria que facilita la labor y que Smith considera es fruto de la inventiva del obrero más que de los especialistas.

Smith tiene puesta su mente en la especialización no sólo por habilidades, sino también por ocupaciones, funciones, empresas, e industrias. En un contexto del trabajo, se referirá también a lo que podría llamarse la división territorial del trabajo, la base para el comercio interregional e internacional.

Smith cierra su discusión sobre la división del trabajo enunciando el gran principio "que la división del trabajo está limitada por la extensión del mercado". Sólo expandiendo los mercados pueden realizarse en su totalidad los beneficios integrales de la división del trabajo.

Trabajo productivo e improductivo:
Aunque pocos encuentran fallos en la exposición de Smith respecto a la división del trabajo, sus referencias a la proporción en la que el trabajo productivo se encuentra respecto del no productivo sí ha sido objeto de controversias después de la publicación de su obra. Básicamente, la idea de Smith es restringir el concepto de producción a los bienes materiales, que presumiblemente tienen mayor duración que los servicios. Aparentemente, Smith rechaza la idea de que alguien pueda hacerse rico empleando a personas que presten sus servicios a otras ya que aunque el trabajo improductivo rinde un ingreso debido a la generosidad de los pagos hechos por otros, desde el punto de vista de Smith, éste no produce ingresos en términos de producción.

La teoría del valor trabajo:
Sólo algunas de las necesidades de las personas son satisfechas directamente por el producto de su propio trabajo, la mayor parte de ellas es cubierta por el intercambio. Esto permite la aparición de una nueva actividad: el trueque. En sociedades avanzadas (la sociedad comercial) cuando el producto hecho por un individuo no satisface las necesidades de la persona, se requiere el uso del dinero -un único bien que las personas aceptan a cambio de los productos de su industria- esto permite la aparición del comercio y de las actividades mercantiles.

Este tipo de actividades no sólo son improductivas (no crean o producen nada) sino que, en cierta medida, son algo contradictorias. Smith se refiere a lo que hoy se conoce como la paradoja del valor -un bien puede tener un alto valor en cambio y bajo valor de uso (como los diamantes), o viceversa (como el caso del agua)-. Este es el punto de partida para el desarrollo de su teoría del valor trabajo.

Para Smith, los hombres son ricos o pobres según hasta qué punto puedan permitirse disfrutar de las cosas necesarias, útiles y placenteras de la vida humana pero el trabajo propio de cada hombre sólo puede proporcionarle una pequeñísima parte de dichas cosas y el resto, la mayoría, debe proceder del trabajo de otras personas, por lo que un hombre será rico o pobre según la cantidad de trabajo de los demás que pueda comprar. Por esta razón, el trabajo es la medida real del valor relativo de todas las cosas.

El valor en cambio de un bien está determinado por la cantidad de trabajo que el bien puede demandar en el mercado. Las cosas tienen el valor del trabajo que se puede exigir en el cambio, porque el propietario, al cambiarlas, puede evitar el esfuerzo de trabajar él mismo para producir lo que obtiene en el cambio.

El trabajo, sin embargo, no es una cantidad homogénea, puesto que distintos tipos de trabajo están ligados a condiciones distintas de riesgo o ingeniosidad. Por tanto, el trabajo no puede ser medido con exactitud y no puede servir como un común denominador para estimar el valor de las cosas. En su lugar, el ajuste tiene lugar mediante los regateos y tratos del mercado.

Dr. Carlos Rodriguez Braun, profesor de Historia y Pensamiento Económico 
en la Universidad Complutense de Madrid,
subido por newmediaufm a https://www.youtube.com

Renta:
En la teoría de Smith sobre la renta, encuentra en ésta un precio monopolístico, designación que explica notando que su importe no es proporcional a lo que el propietario ha gastado para mejorar la tierra, sino a lo que al campesino le es posible pagar. En el capítulo destinado a la renta, considera que una renta alta o baja es el efecto de un precio alto o bajo para el producto. Además, se interpreta la renta como un diferencial que varía de acuerdo a las condiciones de fertilidad y localización. Respecto a esta última, las mejoras en los sistemas de transporte tenderán a igualar las diferencias de localidad así como las rentas.

Capital:
El capital es una exigencia de la economía de intercambio. En esta economía, una persona no consume los productos de su propia industria sino que compra los productos de otros con el precio contribuido u obtenido por su propio producto. El capital es el resultado de un acto de ahorro precedente, de abstenerse de consumir el producto del ingreso. Smith insiste en que la porción de ingresos que se ahorra es de inmediato utilizada como capital. La división del trabajo no puede ocurrir sin una acumulación previa de capital y, conforme se va poniendo en práctica, se va necesitando más capital para utilizar la mano de obra, que crece en cantidad y productividad.

Ahorro, división del trabajo y crecimiento económico según Adam Smith

Comercio exterior e interior:
Respecto a los diferentes usos del capital, a diferencia de los mercantilistas, Smith no asigna un valor especial a su utilización en el comercio exterior. Por el contrario, considera que el comercio interior es más productivo que el exterior, puesto que el capital utilizado en el comercio interior de manera general respaldará una mayor cantidad de mano de obra productiva en el país y elevará el ingreso nacional interno más de lo que lo haría cualquier inversión igual en comercio exterior. Sin embargo, considera que el comercio exterior cumple una importante función porque abre un mercado para los excedentes de productos en el mercado doméstico y proporciona oportunidades para el empleo de capital acumulado por encima de las necesidades de la economía doméstica. Una vez que las condiciones económicas estén a favor de la exportación, ésta se producirá sin necesidad de que el gobierno intervenga para favorecerlas. Tampoco debe el gobierno interferir con las importaciones, tratando de preservar el comercio interior para los productores domésticos. Reglamentaciones de este orden reducirán el ingreso nacional por debajo del que produciría un comercio libre.

Las tareas del gobierno:
Smith nunca desarrolló una teoría integral sobre el gobierno y su discusión sobre las funciones del mismo no está influido sino por el principio general del laissez faire. Pero en su obra asigna al gobierno una cierta cantidad de tareas. Se opone a las restricciones gubernamentales al libre comercio. Mantiene explícitamente las tres funciones generales del gobierno para proporcionar protección, justicia, y realizar ciertas obras públicas. Respalda específicamente la regulación del papel moneda bancario, las empresas públicas en el ramo del transporte, patentes y marcas, leyes sobre el interés, la educación pública.


Esquemas sobre el funcionamiento y la base teórica
sobre la que se sustenta el liberalismo de Adam Smith.