viernes, 14 de diciembre de 2012

El mundo minoico - Parte 2

Desde los inicios de la edad del bronce en el Egeo, hacia 2.800 a. c. hasta la denominada Edad Oscura (hacia 1.200 aproximadamente), se desarrollan en la región unas culturas con entidad propia, que tienen su origen en la evolución de las comunidades neolíticas -como la cultura minoica- y que conocen la aportación de elementos culturales nuevos de la mano de poblaciones de origen indoeuropeo -como la micénica- sin que entre ambas culturas exista una cesura cultural o cronológica. Por el contrario, les caracteriza la continuidad de elementos comunes, la coexistencia durante cierto período de tiempo y ciertas semejanzas en sus modelos culturales. 

Enlaces relacionados:
 LA SOCIEDAD CRETENSE  

En el palacio reside el monarca o «Señor del Palacio», cuyo mejor exponente es el mítico Minos, fundador de una dinastía que da nombre a la civilización minoica. El monarca cumple funciones religiosas, siendo el responsable del ritual, como se manifiesta en los frescos palaciales. Los ritos tauromáquicos -la tradición del minotauro- parecen asociarse a rituales de renovación del poder real.

Salón del Trono del Palacio de Cnosos, por Lapplaender (2008)
Fuente: Wikimedia Commons / CC-BY-SA 3.0

Ostenta símbolos de su poder (cetro) y de sus funciones religiosas (Labrys o hacha de doble filo ritual). Rinde culto a la Diosa Madre, de la que es representante en la tierra. El monarca de Cnosos parece tener una cierta hegemonía sobre los que gobiernan otros palacios, ocupando así Cnosos la cúspide de la jerarquía del sistema palacial cretense. Sin embargo, debemos destacar que el monarca cretense carece de funciones militares.

La sociedad cretense, desde el Minoico Medio, se muestra como una sociedad jerarquizada y compleja. Destaca una élite restringida, compuesta por los dirigentes y oficiales de alto rango, que ostentan y emplean lujosos objetos de prestigio. También existe una desarrollada clase artesanal. El resto del cuerpo social cretense no presenta grandes diferencias entre sí.

Sello minoico sobre el salto del toro y su impresión (1700 a. c.), por Andree Stephan (2001)
Fuente: Wikimedia Commons / CC-BY 3.0

En el Minoico Reciente se destaca el papel de cierta nobleza cretense, asociada al sistema de Grandes Residencias, que parece disfrutar de un estatus privilegiado (a juzgar por los elementos de cultura material que se documentan en estos asentamientos, similares a los palaciales). Una clase artesanal desarrollada y disfrutando de buenas condiciones de vida se documenta en las ciudades. La aparente ausencia de conflictividad social es una nota característica del período. Sobre la propiedad de la tierra, la situación de la población campesina, la organización del comercio, carecemos de testimonios directos.

Con respecto a las creencias de la cultura minoica, podemos decir que la religión egea no es una simple derivación de los cultos orientales, como algunos autores defendieron en un momento dado, ya que si bien potencia algunos aspectos de éstos, ignora otros fundamentales como la existencia de dioses celestes, o la construcción de grandes templos. Lo que sí es cierto es que la religión antropomorfa cretense pudo suponer el germen de la futura religión griega clásica, algo de lo que los propios griegos parecían ser conscientes –el propio Zeus nació en el monte Ida-.


Riton minoico con forma de cabeza de toro (1550-1500 a.c.), por Jebulon (2015)
Fuente: Wikimedia Commons / CC0 1.0

Aunque éste es un tema aún en revisión y en búsqueda de nuevos conocimientos, sí podemos señalar que durante el largo desarrollo de la civilización minoica, la religión debió sufrir múltiples transformaciones cuya historia la arqueología tiene dificultades en reconstruir. Esto es lo que parece indicar la persistencia de betilos y etapas de zoolatría y dendrolatría junto a un antropomorfismo dominante. Hay que tener en cuenta que la religión cretense nos es conocida por las representaciones artísticas de todo tipo –pintura, escultura, cerámica, glíptica-, cuya interpretación siempre es arriesgada.

De modo análogo a las grandes civilizaciones agrarias orientales, debió estar muy extendido el culto a la Gran Diosa Madre, una diosa femenina de formas esteatopígicas –anchas caderas, senos desnudos, acusados rasgos sexuales- que simboliza la fecundidad y la vida. Con las figurillas de la diosa se relacionan determinadas representaciones muy frecuentes: el pilar o columna, supervivencia de antiguos betilos –minerales adorados como dioses-; la paloma y la serpiente –animal subterráneo que apunta la conexión entre la gran diosa y la tierra-. Sin embargo, los rituales relacionados con la religión antropomorfa no son únicos en la isla. Como se ha comentado, también se practicaron otros cultos como la dendrolatría –culto a seres arbóreos- o la zoolatría –culto a animales-.


Diosa de las serpientes o sacerdotisa (1600 a.c. aprox.), por Olaf Tausch
Fuente: Wikimedia Commons / CC-BY 3.0

Junto a la divinidad femenina, la existencia de un dios masculino pudo completar el mapa antropomorfo de la religión minoica. El toro encarnaba el principio generador masculino, era el compañero de la diosa y estaba unido a la esencia de la monarquía cretense. Introducido su culto por influencia siria y chipriota, adquirirá gran desarrollo. Estrechamente unido a él, aparecerá el símbolo del labrys o la doble hacha. El término labrys pudo estar en el origen de la palabra "laberinto" estrechamente unida a la disposición palacial cretense y que pudo estar relacionada con la fábula mitológica.


Labrys o doble hacha ritual minoica, por Wolfgang Sauber (2009)
Fuente: Wikimedia Commons / CC-BY-SA 3.0

Es difícil comprender la relación del significante y el significado en lo que respecta al símbolo del toro. Sin embargo, podemos recordar que, según la fábula griega, Minos era hijo de Europa y de Zeus y que para poseerla éste se convirtió en toro. No hay duda de que alguna relación debían encontrar los cretenses entre el toro y el principio femenino, que era el centro de su culto.

Asimismo, también es difícil saber a ciencia cierta, si dicha divinidad femenina era la única del panteón minoico o había otras que participaban de la adoración de aquellas gentes. La mayoría de los investigadores se inclinan hoy por defender la idea de que los amplios atributos que tenía la diosa femenina de Creta fueron desdoblándose, tras la invasión de los dorios, y pasaron a metamorfosearse en las distintas divinidades conocidas de la Grecia clásica como Afrodita, Hera o Artemisa.

Los lugares de culto eran variados: desde pequeñas capillas en las viviendas a cuevas excavadas en la roca. Las fiestas religiosas coincidentes con los cambios agrícolas, danzas y representaciones sagradas, juegos públicos con combates rituales y ejercicios gimnásticos formaron parte de la liturgia minoica.

Fresco de los boxeadores de Acrotiri (1600-1500 a.c.), por Yann Forget
Fuente: Wikimedia Commons

La creencia en la vida de ultratumba muestra signos de gran complejidad ideológica. Los cadáveres son inhumados en grandes tumbas con un rico ajuar de objetos a ellos familiares, como si más allá de la muerte se creyese en la prosecución de una vida no demasiado distinta a la terrena.

 LA ECONOMÍA CRETENSE 

La economía minoica se basa en la explotación del territorio agrario, en el desarrollo de una importante actividad artesanal y el mantenimiento de un activo comercio marítimo por el Mediterráneo oriental.

«Minos fue el más antiguo de los que conservamos recuerdo que se hizo con una escuadra y, dominando la mayor parte del mar de Grecia, ejerció su poder en las Cicladas y fue el primer colonizador de las más de ellas, expulsando a los carios y estableciendo como jefes a sus propios hijos. Y como es lógico, limpió el mar de piratas en la medida que pudo para que le llegaran mejor los tributos.»
Tucídides 1,4.

Las tierras explotadas parecen estar bajo la supervisión de los funcionarios que ocupan las Grandes Residencias, como instituciones descentralizadas cuya función era canalizar las producciones (no sólo agrícolas, también las que sufrían procesos de transformación) hacia el Palacio. Aquí existen depósitos y almacenes palaciales, bien documentados arqueológicamente. La red de caminos mencionada agiliza este trasiego de producciones. La artesanía cretense alcanzó una gran cota de desarrollo. Sus productos más destacados se basaban en la metalurgia del bronce, en el trabajo de la orfebrería y la glíptica y en el desarrollo de unas producciones cerámicas de alta calidad, que las convierte en productos de lujo aptos para la comercialización.

Pendientes y collares de oro (1400-1350 a.c.), por AlMare (2008)
Fuente: Wikimedia Commons / CC-BY-SA 3.0

Sobre esta base artesanal, que descansaba a su vez en una bien organizada explotación agrícola y ganadera, se desarrolló un sistema marítimo comercial cuya característica más destacada parece ser su vinculación al poder político, es decir, la existencia de un comercio administrado.

Las manufacturas cretenses han sido encontradas dispersas por gran parte de oriente, prueba de la actividad de su comercio. Este sistema comercial, unido al presumible carácter pacífico de la cultura minoica, junto a las tradiciones literarias transmitidas por Heródoto y Tucídides, han sido las bases sobre las que se apoyan los historiadores para hablar de la talasocracia minoica.

Los minoicos mantuvieron relaciones comerciales con los pueblos de Asia Menor, frigios, lidios e hititas. De sus relaciones políticas con Egipto quedan pruebas abundantes en el país del Nilo. De hecho, para el comercio con el valle del Nilo, los cretenses establecieron una factoría en la isla donde más tarde se ubicaría el Faro de Alejandría. En Palestina establecieron otra factoría en Gaza, asimismo estuvieron presentes en zonas como Sicilia o Marsella y se presume su presencia en otras áreas del Mediterráneo.

Así, el auge de la cultura cretense se sostendría sobre la existencia de una amplia flota que le garantizaría el dominio, control y explotación del mar y sus rutas. Un imperio marítimo con amplias ramificaciones que viene siendo discutido y matizado por las investigaciones recientes.

El legado de las civilizaciones antiguas - Los minoicos 1
subido por alxaris78 a https://www.youtube.com



 EL FIN DEL MUNDO MINOICO  

Algunos autores defienden la idea de que las antiguas ciudades helénicas tuvieron que sufrir el yugo de Minos. La presencia de escritura minoica en la Grecia continental podría reforzar dicha idea. Por otro lado, las semejanzas culturales con la cultura continental y la cicládica y de estas con la helénica; así como la literatura de épocas posteriores, podría apoyar dicha tesis. La fábula según la cual el rey Minos exigía un tributo a Atenas de siete jóvenes de uno y otro sexo; o el gran número de naves que los cretenses aportan a la flota que se reúne para la guerra de Troya narrada por Homero, pueden resultar ejemplarizantes del recuerdo que los griegos tenían de su pasado lejano.


La caída del sistema minoico es consecuencia de la suma de diversos factores. La paulatina expansión de las comunidades micénicas, que van ocupando espacios económicos y comerciales minoicos, es una de las causas más importantes. También las catástrofes naturales continuas influyeron en el abandono de ciertas áreas, que pasaban en ocasiones a ser ocupadas por los micénicos.

En 1450 aproximadamente, se destruyen todos los centros cretenses, menos Cnosos. La reedificación de los palacios no se produce con la rapidez que caracterizó la edificación de los Segundos Palacios, dato significativo sobre la caída de la pujanza minoica. También se documenta por estas fechas la destrucción y el saqueo en las Grandes Residencias.

La propuesta para explicar este declive parece combinar varios factores. Además de la presión micénica aludida, diversas catástrofes naturales debieron facilitar el camino hacia razzias externas y saqueos. Aun cuando los fenómenos del 1450 no acaban totalmente con el sistema minoico, sí está en la base de su destrucción definitiva. La degradación de la cultura minoica se produce gradualmente hasta llegar a una etapa oscura en la que las noticias desaparecen completamente tras la invasión doria. Según Evans, nada posterior a 1.200 a. c. puede llamarse minoico.


La civilización minoica,
subido por Meli San Martín a https://www.youtube.com