La violenta actividad de los regímenes fascistas y totalitarios al final de la década de los años 30 derivará en la llamada Segunda Guerra Mundial. La de mayores dimensiones, más sangrienta y cruel que ha visto la historia de la humanidad. Poner fin a una guerra de tal tamaño y en la que han intervenido tantos países y territorios garantizando una paz duradera no era tarea fácil y ya empezó a planificarse antes del fin de la misma. Las consecuencias del conflicto bélico tendrán un amplio calado y se extenderán a través de las décadas venideras.
Enlaces relacionados:
- Los totalitarismos hipernacionalistas: Características de los fascismos.- La Segunda Guerra Mundial: orígenes del conflicto.
- La Segunda Guerra Mundial: características y los virajes hacia la guerra.
- La Segunda Guerra Mundial: desarrollo de la contienda.
LAS CONFERENCIAS: YALTA, POSTDAM Y LA PAZ
En febrero de 1945, las fuerzas del Eje se encontraban
muy debilitadas y parecía que la victoria aliada era cuestión de tiempo. Las
capturas de Okinawa e Iwo Jima en el Pacífico; la invasión aliada de Italia y
de Francia, tras el desembarco de Normandía, y el avance del Ejército Rojo por
Europa oriental, donde los movimientos de resistencia frente a Alemania
cobraban cada vez más fuerza, refrendaban esta percepción. Por ello, parecía el
momento de que las grandes potencias se pusieran de acuerdo en qué iba a pasar
cuando acabara la guerra y cómo iba a organizarse el mundo posbélico, pues si
esto no se resolvía la situación de 1939 podría repetirse. Por ello, EE.UU., el
Reino Unido y la URSS adoptaron el papel de árbitros globales para tomar
decisiones que iban a tener duraderas repercusiones.
Conferencia de Yalta, Churchill, Roosevelt y Stalin posando sentados en el Palacio de Livadia (febrero de 1945) Fuente: Wikimedia commons |
Del 4 al 11 de febrero de 1945, los jefes de gobierno de
las tres grandes potencias; Franklin Roosevelt,
por parte de EE.UU.; Winston Churchill,
representando al Reino Unido, y el jefe supremo de la Unión Soviética, Iósif Stalin; se reunieron en Yalta (Crimea) para coordinar los
planes de guerra y llegar a un acuerdo respecto al futuro de Europa. En ese
momento, las posiciones de los estadounidenses y los soviéticos parecen las más
fuertes y los acuerdos las reflejan. Por un lado, la entrada de EE.UU. en la
Guerra fue decisiva para cambiar la tendencia de la misma pero sus intereses se
ven muy repartidos entre Europa y el Pacifico y percibe que cualquier ayuda
acabaría rápidamente con el escenario bélico y no necesitaría seguir destinando
recursos a una guerra que parece ganada pero que sigue sin acabarse. La Unión
Soviética, en cambio, se encuentra a menos de 100 kilómetros de Berlín y su
pacto de no agresión con Japón le permite concentrarse en un único frente, la
dinámica bélica parece favorecerla.
En Yalta se tomaron cinco decisiones fundamentales para
el futuro de Europa:
·
Tras la Guerra,
Alemania sería desmilitarizada y dividida en cuatro zonas de ocupación
(administradas por EE.UU., el Reino Unido, Francia y la URSS, respectivamente).
También estaría sujeta al pago de indemnizaciones de guerra y a una reducción
territorial estableciendo su nueva frontera oriental en los ríos Oder y Neisse.
· Se aprueba una Declaración sobre la Europa liberada, que venía a dar a entender que el continente se reconstruiría por medios
democráticos, eliminando todos los elementos fascistas.
División administrativa de los territorios alemanes y anexión de territorios siguiendo las directrices acordadas en Yalta |
·
La URSS obtendría el
dominio de los territorios polacos conseguidos en 1939 por lo que Polonia se
vería compensada obteniendo territorios alemanes en el occidente del país. La
nueva frontera sería la ya mencionada línea Oder-Neisse.
·
Se da forma a la ONU, de la que ya existía una propuesta, concibiendo la idea
del Consejo de Seguridad y de su funcionamiento.
·
Se llegó al acuerdo
secreto de que la URSS apoyaría a EE.UU. en el Pacífico atacando a Japón en el
plazo de tres meses tras la derrota alemana. A cambio la Unión Soviética
recibiría la isla de Sajalín y
las Kuriles y
llegaría a una situación previa a la de la guerra ruso-japonesa de 1905.
Las tres grandes potencias volvieron a reunirse en Postdam entre el 17 de julio y el 2 de
agosto, una vez acabada la Guerra. Estaban representadas ahora por Harry Truman (nuevo presidente
norteamericano tras la muerte de Roosevelt), Churchill (quien sería sustituido por Clement Attlee tras las elecciones de 1945) y el dictador soviético
Stalin; quienes pretendían ahora
organizar una posguerra que se antojaba difícil dados los intereses
contrapuestos de tantos territorios y la dura reconstrucción del continente
tras los efectos de la Guerra.
Attlee, Truman y Stalin posan sentados durante la Conferencia de Postdam (julio de 1945) Fuente: Wikimedia commons / Bundesarchiv, Bild 183-R86965 / CC BY-SA 3.0 |
Los acuerdos llevados a cabo incluían:
·
La desmilitarización,
desnazificación, descartelización (eliminación de los grandes conglomerados
industriales y empresariales, en su mayoría militares) y democratización de
Alemania. Con esto se pretendía borrar todo rastro de elementos afines al
régimen nazi, algo básico para la futura reconstrucción de Alemania.
·
La confirmación de la
división administrativa de Alemania y Austria en cuatro zonas de ocupación (algo
propuesto anteriormente en Yalta). Ambos países permanecerían separados.
·
La devolución de los
territorios ocupados por el Eje así como el desplazamiento y reasentamiento de
los alemanes ubicados en dichos lugares.
·
Los criminales de
guerra debían ser perseguidos y juzgados por un tribunal.
Las conferencias de Yalta y Postdam establecían las
líneas generales sobre las que se diseñaría la reconstrucción política de
Europa, sin embargo quedaban en el aire numerosas cuestiones resultantes de los
cambios fronterizos realizados por el régimen nazi y por los mandatos de las
grandes potencias. Estas cuestiones debían resolverse si Europa no quería
convertirse de nuevo en un polvorín. Por ello, en 1947, las potencias aliadas y
del Eje (salvo Alemania) se reúnen en París.
El acuerdo incluía el pago de reparaciones de guerra, la democratización de los
territorios (en los que se debían respetar los derechos de las minorías) y los ajustes
territoriales que incluían:
·
Para Italia: la pérdida
de sus colonias y la independencia de Albania. Las fronteras italianas volverían
a ser las de antes de la llegada del régimen fascista salvo las que tenía con
Yugoslavia y Francia. Pierde además las islas del Adriático a favor de
Yugoslavia y del Dodecaneso a
favor de Grecia.
·
Hungría volvía,
aproximadamente, a las fronteras anteriores a la Guerra.
·
Finlandia, Rumanía y
Bulgaria volvían a tener, con pocos cambios, las fronteras anteriores al 1 de
enero de 1941.
No será hasta la firma del Tratado de Paz de San Francisco en 1951, que no se produce el fin
formal de la II Guerra Mundial, a pesar de la rendición japonesa en 1945. El
acuerdo, retrasado por los acontecimientos en China y Corea, sería firmado por
49 países. Las fronteras niponas se vieron reducidas por los territorios
perdidos durante la guerra y no se le impusieron reparaciones de guerra. Con
facilidad pasó a convertirse en aliado de EE.UU.
Firma del Tratado de San Francisco (8 de septiembre de 1951) Fuente: Wikimedia commons |
REPERCUSIONES DE LA GUERRA
·
Consecuencias humanas:
las pérdidas humanas son las mayores de las que ninguna otra guerra ha
producido en toda la historia, calculándose de manera aproximada en unos 60 millones. La URSS fue el país con mayores pérdidas
demográficas (unos 20 millones), de los cuales más de la mitad eran civiles.
Los polacos, que apenas habían
tomado parte en las operaciones militares, perdieron más de 6 millones de
habitantes. El este de Europa fue
mucho más castigado que el oeste, donde Francia
perdió unos 600.000 hombres e Inglaterra
una cifra algo menor. Las pérdidas
alemanas son imposibles de evaluar, contabilizándose medio millón de
muertos y 3,5 millones de desaparecidos. El total de víctimas no debe ser
atribuido únicamente a las operaciones militares y a los bombardeos, sino
también a las deportaciones y a las persecuciones interiores, que provocaron
numerosas víctimas. El cálculo de 6 millones de judíos exterminados por el régimen nazi parece ser unánime entre
los historiadores. A estas pérdidas hay que unir el horror de los campos de
concentración y de exterminio, los malos tratos a prisioneros de guerra, las
violaciones y las masacres masivas de la población.
Soldados soviéticos en Stalingrado (1942) Fuente: Wikimedia commons / Bundesarchiv, Bild 183-R76619 / CC BY-SA 3.0 |
·
Consecuencias materiales: muchas ciudades fueron destruidas, las vías de
comunicación destrozadas, los campos inutilizados, las industrias arrasadas.
Alemania, Polonia y la URSS fueron los países que sufrieron mayores destrozos.
·
Consecuencias morales y políticas: fueron las más difíciles de reparar. Las destrucciones
y la utilización de los avances de la humanidad para su autodestrucción son
muestras de que la guerra había costado muy cara. La victoria de los aliados
había permitido el triunfo de las libertades nacionales e individuales en los
países occidentales, mientras el centro y el este de Europa y gran parte de
Asia quedaban bajo el poder de gobiernos totalitarios.
Llegada de un convoy de judíos procedentes de Rutenia (Ucrania) a Auschwitz (1944) Fuente: Wikimedia Commons |
A partir de ahora, el mundo se mueve en un nuevo
escenario en el que podemos destacar que:
Ø Dos potencias pasan a ser hegemónicas en el mundo, la
URSS y EE.UU., en detrimento de Europa occidental.
Ø La guerra provoca una aceleración del movimiento descolonizador,
que dará lugar a numerosos países nuevos, en lo que se ha llamado el Tercer
Mundo.
Ø La humanidad se divide en dos bloques, el capitalista y
el socialista, a los que se añadirá más tarde el bloque de los países no
alineados (Tercer Mundo).
Ø El peligro de una nueva guerra incita a la creación de
organismos internacionales que solucionen los conflictos.
·
Consecuencias científicas y técnicas: la incesante investigación tecnológica que se produce
durante la guerra en el campo de los armamentos, y que culmina con la bomba
atómica, origina una constante carrera de armamento entre los dos bloques
resultantes de la nueva división del mundo.
Central nuclear de Atucha (Argentina), por Watsonpatricio (2008) Fuente: Wikimedia commons / CC BY-SA 3.0 |
La ciencia produjo en estos años invenciones, aplicadas
durante el conflicto, que después se desarrollaron para fines pacíficos: radar,
electrónica, materiales plásticos, penicilina, sulfamidas, transfusión
sanguínea, mecanización de la industria, y sobre todo, la utilización de la
energía nuclear.
La
Segunda Guerra Mundial transformó las relaciones de poder entre los países y la
estructura social de un mundo en perpetuo cambio. A partir de este momento se
pasa a un nuevo escenario con nuevas reglas en el que dos grandes
superpotencias (Estados Unidos y la Unión Soviética) intentarán imponer su
visión del mundo disputando una Guerra
Fría.